El 72% de la población marroquí de Valladolid, que ha crecido un 3.000% en una década, desea quedarse en la ciudad

La población magrebí, de la que el 21% ha nacido ya en la ciudad, es menor de 55 años y predominan los hombres
De izq. A drcha., José María Lucas, Javier García Medina y Alberto Ares
De izq. A drcha., José María Lucas, Javier García Medina y Alberto Ares
EUROPA PRESS
De izq. A drcha., José María Lucas, Javier García Medina y Alberto Ares

La población marroquí residente en Valladolid ha crecido un 3.000 por cien en la última década, etapa en la que ha pasado de 84 a 2.456, y desea quedarse a vivir en la ciudad, tal y como lo manifiesta más de 72 por ciento de los encuestados para la realización del Informe 'Conocer al vecino, juntar mundos. La comunidad marroquí en Valladolid'.

Alberto Ares, coordinador del trabajo realizado por el Observatorio de Derechos Humanos de la Universidad de Valladolid y por la Red Incola, ha destacado, en primer término, el crecimiento de la población marroquí en Valladolid, ralentizado en los dos últimos años, y su perfil: son menores de 55 años, fundamentalmente masculina (1.460 varones frente a 996 mujeres) y con edades comprendidas, en el caso del 50 por ciento de los residentes, entre 25 y 45 años.

La juventud de muchos de los residentes es reflejo de hechos como el reagrupamiento familiar y la alta tasa de natalidad (las parejas tienen una media de 1,67 hijos, el 32 por ciento no tiene ninguno y el 87,60 por ciento de los niños nacieron en los últimos siete años) mientras que la estadística demuestra que el 21 por ciento con autorización para vivir o residir en la ciudad ya ha nacido en ella (597 son, por tanto, vallisoletanos de nacimiento).

La mayoría de estos magrebíes proceden de Marrakeech-Tensift-Al Hauz, Tadla-Azizal y el Gran Casablanca y, ya en Valladolid, siete de cada diez residen en la zona este de la ciudad (Pajarillos, Delicias y Rondilla), donde se localizan la mezquita y las carnicerías donde adquieren sus productos, y el 70 por ciento trabaja en hostelería, comercio, transporte y sanidad.

En este sentido, el estudio constata la caída en la contratación de extranjeros así como el descenso de su presencia en el sector de la construcción (654 por ciento) y el incremento en la agricultura (132,46 por ciento), aunque sus ocupaciones principales, además del campo, son las de personal de limpieza, albañiles, conductores o trabajadores domésticos.

En lo que a la educación se refiere, tres de cada cuatro mujeres no cuenta con el graduado escolar y el analfabetismo alcanza al cuatro por ciento de este colectivo y al dos por ciento del masculino mientras que, en lo referente a los escolares (el alumnado ha pasado de crecer a un ritmo del 48 por ciento al cuatro por ciento en el último curso), su presencia desciende tras la obtención del graduado escolar.

Prefieren, en este marco, la Formación Profesional frente al Bachillerato y su presencia es escasa en la Universidad; pese a la elevada tasa de escolarización en Primaria, el abandono escolar marca su acceso a cursos superiores y el desconocimiento del idioma constituye una de las primeras barreras (la inmersión lingüística en el aula no es suficiente).

A la incorporación de las gastronomía de la tierra a la marroquí, la prevalencia de su integración social por encima de la política y las razones que les trajeron a Valladolid (el 48 por ciento reside en la ciudad por motivos de trabajo y el resto, por reagraupación familiar), se suma el hecho de que más del 72 por ciento de los marroquíes residentes en la ciudad confirma su deseo de permanencia.

El gerente de la Red Incola, José María Lucas, ha asegurado que la situación de las mujeres marroquíes constituye una de las principales preocupaciones y focos de trabajo, ya que el trabajo específico a realizar con ellas está directamente vinculado a la integración de todo el colectivo.

El cambio de los roles entre hombres y mujeres debido a la crisis (las mujeres trabajan y los hombres se quedan en casa) y el fracaso y abandono escolar son, según Lucas, algunos de los retos a los que se enfrenta el colectivo, al que la Red ayuda con convocatorias de becas y cursos de formación, entre otros.

La implicación de todos los actores es esencial para garantizar el interés mutuo y la existencia armónica entre los magrebíes y el resto de los residentes en Valladolid, según se contempla en el informe, que se puede consultar en el blog http://conoceralvecino.wordpress.com.

Por su parte el director del Observatorio de Derechos Humanos, Javier García Medina, ha recalcado que el estudio, entre otros puntos, persigue la detección de la extensión e intensidad del disfrute de los derechos humanos por parte de una comunidad, en este caso la marroquí residente en Valladolid.

La educación y la asistencia sanitaria son, precisamente, las dos áreas en la que los derechos de este colectivo se ven afectados en mayor medida, a lo que García Medina ha sumado que la falta de disfrute de derechos políticos, económicos, sociales o culturales deriva en exclusión e invisibilidad.

"El informe pretende que el 'nosotros' y el 'ellos' tienda a desaparecer (...). La diversidad es un hecho: simplemente hay que gestionarlo", ha concluido.

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