Los sindicatos CCOO-A y UGT-A han defendido la legitimidad de las ayudas y subvenciones recibidas en materia de formación, y han lamentado y criticado los "ataques al sindicalismo de clase", después de hacerse pública la sentencia del Tribunal Supremo (TS).

Ambos sindicatos han valorado las sentencias del TS, que ha rechazado sendos recursos de la Junta, la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA) y ambas centrales contra sendas sentencias que declararon la nulidad de las subvenciones en materia de formación concedidas por el Gobierno andaluz a estos agentes en el marco de la Concertación Social.

En una nota remitida a Europa Press, el secretario general de CCOO-A, Francisco Carbonero, afirma que las relaciones de la sentencia del Tribunal Supremo con la Concertación Social "son inexistentes", ya que "no tiene nada que ver con ella ni pone en cuestión que lo hecho esté mal hecho".

"La sentencia no nos preocupa más allá de que la derecha económica y política, la utilice tendenciosamente para deteriorar la imagen del sindicalismo de clase", asegura Carbonero, quien es tajante al indicar que "el cien por cien del dinero adjudicado por las administraciones a formación ha sido destinado por CCOO a ese fin".

Resalta que la formación impartida por CCOO es "la que más recolocaciones y efectividad tienen", ya que "dedicamos el cien por cien del dinero al objeto al que estaba destinado según las administraciones, solo y exclusivamente formación".

Por ello, asegura que "no renunciará a su papel en la formación reconocido en la Constitución y el Estatuto, y avalado por los votos de los trabajadores en las elecciones sindicales". "A ver si solo la Iglesia Católica sí puede hacerla para mantener su estatus y el movimiento obrero somos los malditos, pues no, porque eso es absolutamente injusto", ha indicado.

Carbonero ha indicado que los servicios jurídicos de CCOO ya están estudiando la sentencia y critica la estrategia de "acoso y derribo" sobre los sindicatos de clase, advirtiendo que "nadie va a terminar con el movimiento obrero de clase, que defiende los intereses y derechos de los ciudadanos, la democracia y la libertad".

En este sentido, el dirigente de CCOO reconoce que "somos incómodos para el poder, y lo sabemos", aunque critica que "también algunas opciones corporativas nos vean como incómodos en lugar de sentirse parte de este movimiento obrero a favor de los trabajadores y la mayoría social de este país". "Estos corporativos hacen un flaco favor a los trabajadores favoreciendo los intereses de los poderosos", asevera.

"En CCOO no dejaremos de pelear por estar presentes en lo que nos corresponde constitucional e institucionalmente y por la representatividad que los trabajadores nos otorgan con sus votos", afirma Carbonero.

Por su parte, el secretario general de UGT-A, Manuel Pastrana, ha asegurado "que la formación que gestiona y realiza UGT no tiene nada que ver con los acuerdos de Concertación, pues esto emana de un compromiso estatal que se desarrolla en nuestra comunidad autónoma para que sindicatos y empresarios participen en la formación de los trabajadores".

"UGT no ha recibido ni siquiera remotamente las cantidades de las que se habla, y en cualquier caso, UGT está en pleno derecho de participar en la gestión de la formación de los trabajadores", ha agregado en una nota.

El secretario general de UGT-A aclara que la formación de los trabajadores "no son subvenciones a los sindicatos", toda vez que la formación se financia a través de las aportaciones que "los trabajadores hacemos en las nóminas todos los meses; no depende ni de los Presupuestos Generales del Estado ni de los impuestos que pagamos, sino que los trabajadores financiamos, con los descuentos que nos hacen en nuestras nominas mensualmente, la formación que reciben los trabajadores que la necesitan; y con ese mecanismo UGT está perfectamente autorizado para poder desarrollar formación".

Pastrana critica que "se intenta generar permanentemente una imagen distorsionada sobre la formación a los trabajadores porque su objetivo es otro, esto es, atacar a las organizaciones sindicales aunque hayamos actuado correctamente".