El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, que el domingo fue reelegido para un nuevo período de cuatro años, dijo que espera que la oposición actúe con "responsabilidad" en su segundo mandato.

Lula expresó, además, en tres entrevistas diferentes que concedió a redes de televisión, su deseo en contar con la oposición en varios proyectos que enviará al Congreso el próximo año que, en su opinión, son de interés del país y no apenas del Gobierno.

"No tengo proyectos de interés personal. Son proyectos de interés de la nación. Los congresistas tendrán que votarlos no porque le interesen al presidente sino porque importan para todo el país", afirmó el gobernante a la red Globo de televisión.

Pide paciencia

El presidente electo aseguró que, ante la decisión de la oposición de insistir en abrir comisiones parlamentarias para investigar supuestas irregularidades del Gobierno, pretende convivir con sus rivales como "conviven los partidos conservadores y de izquierda en todo el mundo".

Sobre las negociaciones que inició con los partidos aliados para formar su nuevo gobierno, afirmó que tiene de plazo hasta el 1 de enero para anunciar su gabinete y que no aceptará presiones.

"Quiero que tengan paciencia y esperen a que monte mi equipo. Tengo que seguir trabajando hasta el 1 de enero (cuando comienza su segundo mandato) y no podemos parar el país para ponernos a discutir esos asuntos", afirmó.

Aseguró que, como en cualquier país, montará su gobierno de acuerdo con las fuerzas políticas que lo apoyaron en las elecciones y admitió que su propio Partido de los Trabajadores (PT) puede perder espacio en su próximo mandato.

En su entrevista a la red Bandeirantes de televisión admitió que "algunos compañeros (del PT) metieron los pies en lugar de las manos" y lo perjudicaron durante la campaña electoral.

Su nueva política económica

Lula salió al paso a los rumores de que modificará su política económica para dar mayor prioridad al crecimiento y menor al control de la inflación y de los gastos públicos.

Aclaró que el crecimiento será fruto de lo que ya hizo para consolidar las bases de la economía y no de un cambio en la política económica.

"Los tipos vienen cayendo y van a continuar cayendo, vamos a continuar controlando la inflación y los gastos y el país va a crecer", afirmó.

"Podemos esperar el crecimiento. El no aparecerá ahora porque tuvimos un tercer trimestre muy débil, pero todos estamos convencidos de que el país necesita crecer y que crecerá a un ritmo del 5% (anual)", agregó.

"Si hoy podemos afirmar que Brasil puede crecer es porque tuvimos una política económica seria en el primer mandato. Controlar la inflación, tener un superávit fiscal del 4 ó 5 por ciento anual y una política fiscal rígida fueron necesidades. Ahora lo que tenemos que buscar es el crecimiento", afirmó.