Y es que en seis de cada diez accidentes mortales (de los 554 ocurridos en 2005 en Andalucía) en los que estuvo el alcohol implicado, los conductores del vehículo tenían menos de 36 años de edad. Incluso se dio el caso de tres conductores  entre 15 y 17 años.

La estadística, incluida en una reciente respuesta parlamentaria al grupo del Partido Popular, recoge que en casi todas las edades hay quienes se arriesgan a ponerse al volante después de beber. Sólo se escapa alguna franja a partir de los 64 años. El grupo de más riesgo es el de 28 y 29 años, entre ambos acumulan un 10% del total de muertes.

Hasta hace  unos años, los conductores con edad de 45 a 50 eran los más propensos a circular bebidos. «Ahora esa edad ha ido bajando hasta la treintena porque los jóvenes se inician antes en el consumo abusivo del alcohol», explica Luis Lorenzo, experto en la materia y durante seis años jefe provincial de Tráfico en  Málaga.

Lorenzo advierte del protagonismo creciente de las mujeres implicadas en accidentes provocados por el consumo de bebidas. «Hace diez años era raro encontrar algún caso», añade.

Es significativo el reparto provincial de accidentes debidos al alcohol. Cádiz y Sevilla copan con diferencia la clasificación. Suman en conjunto el 46% de los percances registrados en la región. En cambio, en las vías de Málaga, que soportan un volumen de tráfico muy elevado y comparable a estas dos provincias, sólo se contabiliza el 10% del total andaluz.

Exceso de velocidad

El alcohol aparece como el quinto factor que ocasiona los accidentes mortales en Andalucía (ver tabla). La distracción representa casi un 28% de los siniestros, seguido por quienes se saltan las normas de circulación.

Sorprende que la velocidad inadecuada figure como la tercera causa más frecuente, pese a las campañas de la Dirección General de Tráfico (DGT) y la extensión del uso de radares.

24 mejoras en puntos negros

El Ministerio de Fomento pone en marcha cada año un plan de choque para actuar en los tramos de mayor concentración de accidentes para reducir la siniestralidad. El año pasado se destinaron 31,9 millones de euros a 24 mejoras de seguridad vial en Andalucía; además de otras 26 intervenciones más para favorecer las condiciones de circulación, como reparaciones de calzada, señalización y conservación integral.