Cataluña abre ahora un periodo que no será fácil. Tras las elecciones autonómicas, con una importante fragmentación del voto, un probable Gobierno de CiU en minoría y la delicada situación económica que sufren las arcas catalanas como telón de fondo, la legislatura que ahora comienza se prevé más que complicada. Recortes millonarios y una tensión creciente con el Gobierno central por el planteamiento de una consulta de autodeterminación dibujan un panorama duro para los catalanes.

"Iremos más a remolque", indicaba el catedrático de Ciencia Política en la UPF Ferran Requejo, y añadía que se continuará "con la precariedad económica". Diversos indicadores apuntan a un incremento del paro durante el primer semestre de 2013 y las políticas de austeridad fijadas por Bruselas y el techo de déficit autonómico no hacen prever una situación muy holgada para Cataluña.

"La Generalitat no tiene capacidad económica autónoma", concretaba el catedrático de  Derecho Constitucional de la UAB Juan Carlos Gavara, quien concluía que "nadie está prestando dinero a Cataluña, que tiene necesidad de financiación". El año próximo está previsto abordar la reforma de la LOFCA, la ley que fija la financiación autonómica. Gavara apuesta, además, por una reforma de la Constitución para "desarrollar el encaje de todas las comunidades autónomas" en el Estado.

Mientras, los recortes volverán a ser el azote de los catalanes. CiU ya los ha cifrado en 4.000 millones, solo en 2013. Gavara augura que podrían ser el doble. "Seguiremos haciendo lo mismo: lo que podemos", indicaba Requejo.

Todo indica que Artur Mas será investido presidente de la mano de ERC y que ambas formaciones llevarán a cabo pactos puntuales. Esto, según los expertos, debilita y da poca consistencia al Govern. Pronostican, además, relaciones más tensas con el Gobierno Rajoy, con mayoría absoluta.

Aluden a "las armas" que puede utilizar Madrid para frustrar que se celebre una consulta. Requejo apunta a un "ahogo del presupuesto, ya que controlan el grifo del dinero de los catalanes".

Requejo lo tiene claro: "El único proyecto que genera esperanzas es la independencia", y alerta de que en caso de que no se canalice la petición expresada en las urnas de que se celebre un referéndum, "se generaría una frustración que duraría décadas". Para ello, el Govern debería crear una Ley Electoral, apunta Gavara. Requejo indica que, como alternativa, habría que hacer una nueva Ley de Consultas.