Las motos ruidosas seguirán campando a sus anchas por Valladolid porque el centro que lo tiene que controlar no está listo para hacerlo y seguirá así hasta marzo, como muy pronto. Acumula ya casi tres años de retrasos desde que está hecho.El concejal de Medio Ambiente, José Carlos Muñoz, explicó ayer en la comisión de su área que el centro está pendiente de la homologación por parte de la Agencia Nacional de Acreditación. Los aparatos están bien, pero hay que ver que el control sigue los pasos legales.
Un proceso largo
El certificado se pidió en abril de 2006 y habitualmente lleva 18 meses conseguirlo, aunque esperan obtenerlo antes: en marzo de 2007. Entonces todo quedará en manos de la Junta, que tiene que dar el último permiso.
La Policía Municipal ha señalado que hasta que no tengan todos los permisos necesarios, no mandarán allí a las motos ruidosas porque las multas que les pongan podrían ser fácilmente recurribles y los ruidosos se librarían de pagar 90 euros.
Éste no es el primer problema con el que se encuentra el centro de acústica. Hace un año el Ayuntamiento estaba buscando a alguien para que lo gestionase y no lo encontró. Se empezó a hacer hace cinco años y ha costado dos millones de euros.
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