El mal tiempo obligó a los Rafaeles a refugiarse en sus hogares y hacer una celebración mucho más íntima. La festividad transcurrió en Córdoba bajo un cielo nublado que amenazó en cada momento con la lluvia y que dejó caer algún que otro chaparroncillo.Por eso fueron muy pocos los valientes que se atrevieron a irse de perol a campo abierto para inaugurar la temporada perolera. Una lástima, sobre todo porque se perdieron la oportunidad de estrenar las nuevas instalaciones de Los Villares, que tendrán que esperar a otro fin de semana para verse abarratodas.
Ir de perol en San Rafael, llueve, truene o nieve
Festividad pasada por agua. San Rafael se celebró, sí, pero no con la solemnidad y el bullicio de otros años.
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