El escritor Juan Manuel de Prada (Baracaldo, 1970) considera que en la actualidad se "siguen levantando monumentos a personas que lo único que han hecho es daño a los españoles" y que "tienen que caer aún falsos mitos para afrontar la realidad de que han estado desvalijando" a los ciudadanos.

El autor ha realizado estas manifestaciones en una entrevista concedida a Europa Press con motivo de la presentación en Valencia de su último libro, 'Me hallará la muerte' (Destino).

En esta ocasión, De Prada sitúa la acción en el Madrid de 1942, donde un joven ladronzuelo forcejea en el parque del Retiro con otro hombre al que intenta atracar, se le va la mano y lo mata. Asustado por las consecuencias de lo que ha hecho, decide poner tierra por medio y se alista en la División Azul. Allí conocerá a otro compatriota hijo de una familia adinerada que se alistó por ideales, ambos son deportados a un Gulag, donde a lo largo de los años conocerán las penalidades más extremas.

En 1954, de regreso a España tras ser liberado con otros excombatientes, el protagonista decide adoptar la personalidad de su amigo pudiente, cuyo padre regenta una boyante empresa de transportes. Han pasado doce años y todo el mundo, la familia, los amigos y hasta la novia del difunto, lo toman por aquél, cuya identidad asume del todo, pero el hombre vive con angustia y en permanente estado de vigilancia su nueva existencia.

El escritor asegura que el tema de la fina línea que separa al héroe del villano está en el trasfondo de todas sus obras. Preguntado por si en la actualidad hay algunos 'buenos' que han acabado siendo 'malos', De Prada cree que todavía no se ha descubierto a todos.

"Hemos vivido una época de robo institucionalizado, es decir una época de robo protegida por ley y creo que tienen que caer muchos falsos mitos para que afrontemos que nos han estado desvalijando o, al menos, engañando".

En esta línea, ha declarado que, durante su etapa de tertuliano, tuvo que escuchar "paridas tales como que había que sentirse orgulloso de los banqueros o los políticos". "Yo me siento orgulloso de Velázquez, de Cervantes o de Santa Teresa de Jesús", ha exclamado.

Sobre el proceso de elaboración de la obra, el novelista ha explicado que duró más de dos años, entre la documentación, concepción de la historia y escritura. En este punto, ha comentado que lo que más le ha costado, por encima de recabar los datos sobre la División Azul, ha sido encontrar la información relativa a la España del momento.

"memoria heredada"

"Es una España que todos podemos jugar a imaginarnos porque todos tenemos una memoria heredada de esa época, a través de nuestra familias, por ejemplo, y precisamente por eso cualquier anacronismo puede haber muchos lectores que los detecten". "Es mucho más fácil ambientar una novela en el siglo XV que en los años 50", ha agregado.

Finalmente, ha confesado que ésta ha sido la novela que ha escrito "de manera más intensa". "La crisis beneficia al escritor porque tiene menos compromisos, menos viajes y menos jaleos, lo que permite vivir más centrado en el trabajo; aquí me he dejado el alma", ha rematado.