Bacar es senegalés y lleva toda la mañana alquilando hamacas en la playa de San Sebastián. «El octubre pasado no fue tan bueno. Es la una y media y ya he colocado unas 40. Si el calor continúa, este fin de semana alquilaré por lo menos un centenar», dice, optimista. El termómetro marca 25 grados. La mayoría de la gente dormita bajo el sol, algunos desaparecen bajo el agua y en El Chiringuito casi no hay mesas libres. El 80% son turistas ingleses y alemanes, y el 20% restante es gente de aquí. Eduardo Almeida, el camarero, asegura que «el año pasado no fue tan caluroso, en estas fechas trabajaba con chaqueta», recuerda.En el restaurante Can Majó, su encargado reconoce que este mes está teniendo más clientes, pero afirma que el otoño pasado tuvo la terraza puesta hasta el 30 de noviembre. También los helados viven su segundo agosto. El depediente de Gelato Fratello dice que estos días de calor vende 50 kilos de helado, el doble que un día nublado de otoño.