Los cambios sociales, demográficos y generacionales, unidos al impacto de la situación económica, han alterado por completo la situación económica de los jóvenes. El Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE) ha hecho una auténtica radiografía de cómo está evolucionando el fenómeno de la emancipación y de las dificultades, cada vez mayores, que  los jóvenes tienen para independizarse del hogar familiar.

Según los datos del documento, siete de cada diez jóvenes menores de 30 años viven en casa de sus padres. En su exposición, el informe profundiza en las causas por las que los jóvenes se emancipan cada vez más tarde. La inestabilidad del mercado laboral es el principal motivo (33,7%), seguido de muy cerca por el acuerdo entre padres e hijos para permanecer en el hogar familiar (31,2%).

Para el 25% de los jóvenes, el precio de la vivienda es determinante, aunque todos estos motivos varían en función de la edad. Además, el 12% de los jóvenes regresan al domicilio familiar tras haberse emancipado y los que viven en zonas urbanas comienzan a trabajar cada vez más tarde (a los 23 años, la mitad no han tenido un empleo).

El primer empleo de los jóvenes tiene dos características fundamentales: baja remuneración y poca duración. Según el informe del IVIE, el 63% de los jóvenes firman un contacto temporal en su primer puesto de trabajo, que cuenta con una retribución media de 720 euros mensuales y suele durar seis meses. Los que menos cobran son quienes tienen entre 16 y 19 años, incluso por debajo de los 700 euros.

Uno de los primeros cambios que experimenta el joven en su proceso de transición a la vida adulta, indica el Observatorio de Inserción Laboral Bancaja-IVIE, es la obtención del primer empleo. La formación es un factor clave, pero también retrasa el primer contacto con el mundo del trabajo. De hecho, la edad media a la que los jóvenes encuentran su primer empleo varía de los 19,7 años de quienes tienen estudios obligatorios, 20,8 de los no obligatorios y los 23,3 años de los universitarios.