La acusación particular apunta como "prueba directa" el que el acusado "supiera cómo iba a aparecer" el cadáver

El abogado de la acusación particular, Jose Antonio García Guzman, ha apuntado hoy, en la última jornada del juicio por el 'Caso Vanessa', como "prueba directa" el que el acusado, Borja M.M, "supiera cómo iba a aparecer" el cadáver.

El abogado de la acusación particular, Jose Antonio García Guzman, ha apuntado hoy, en la última jornada del juicio por el 'Caso Vanessa', como "prueba directa" el que el acusado, Borja M.M, "supiera cómo iba a aparecer" el cadáver.

García Guzman ha sido el segundo en declarar, hoy, en el juicio por el 'Caso Vanessa', en el que la Audiencia Provincial juzga a Borja M.M, al que se le acusa de un delito de asesinato sobre su ex mujer, Vanessa, que apareció muerta en el río.

Para el abogado, es "suficiente" con las pruebas e indicios que se tienen sobre el acusado. Con respecto a las "pruebas", que ha definido de "directas", ha señalado la información de la Policía, relativa a una confesión del acusado que éste negó después y tras ver a su abogada. "Si no se demuestra, la información de la Policía es veraz".

Dentro de esta 'confesión' ha destacado el que el acusado relatase cómo, después, apareció el cadáver: en el río y sin ropa. En su exposición, de 45 minutos, ha explicado, entre otras cuestiones, que es "imposible" adivinar cómo va a aparecer un cuerpo.

A esto ha unido indicios. Como "indicio impresionante" se ha referido a dos llamadas, ubicadas en la antena del Depósito de Aguas de Lardero, que da cobertura a la casa de Vanessa. "Es un indicio impresionante que esta antena recogió de dónde llamó" Borja el día que se apunta como el de su muerte, 30 de octubre de 2009.

Por otro lado, se ha referido al coche de Vanessa, que el acusado sabía ubicar en el garaje, "aun diciendo que ella estaba de viaje". "Borja sabía que estaba en el garaje y no puede demostrar cómo lo sabía", ha señalado.

Se ha referido, además, a los testigos que declararon que Vanessa "era puntual", por lo que sorprendió que el 31 de octubre no fuese a trabajar; y a los que han relatado que acusado y víctima tenían "una relación de violencia y miedo por parte de la víctima". A este respecto se ha referido a que "se tuvo que encerrar con el arma en el baño".

Vanessa, ha contado, "quería rehacer su vida con su hija y por eso se traslada, en qué hora, a Logroño". El 30 de octubre, ha asegurado, el acusado "fue a por ella, porque la técnica se asemeja a algo sucedido en el pasado" (la muerte de un detenido).

"El ataque fue por detrás, de una persona que procede del ejército, y, por eso, premeditado y con alevosía. Ya por la noche lo echó al Ebro" mientras la hija estaba en el coche, "que hace falta tener agallas", ha dicho.

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