Por el Parque Natural de Hayedo de Tejera Negra, en Guadalajara

  • El Parque esconde uno de los hayedos más meridionales de Europa.
  • Su microclima y aislamiento han permitido su espléndida conservación.
  • Hay diversidad de aves: águila real, milano, azor, cárabo, búho o mochuelo.
El otoño consigue sacar la mejor estampa del hayedo.
El otoño consigue sacar la mejor estampa del hayedo.
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El otoño consigue sacar la mejor estampa del hayedo.

El Parque Natural de Tejera Negra se sitúa dentro de la Sierra de Ayllón, delimitado por la Reserva Nacional de Caza de Sonsaz, en el término de Cantalojas. De origen antiquísimo, este bosque protegido de hayas ofrece espectaculares estampas otoñales y una variada fauna y flora para placer de los amantes de la naturaleza.

Parque Natural Hayedo de Tejera Negra

En el extremo oriental del Sistema Central se encuentra el Parque Natural Hayedo de Tejera Negra, en el rincón noroccidental de la provincia de Guadalajara y dentro del término municipal de Cantalojas.

Esta encantadora porción del macizo de Ayllón esconde uno de los hayedos más mágicos y meridionales de Europa, declarado Sitio Natural de Interés Nacional en 1974 y Parque Natural en 1978. El Parque está configurado por los ríos Lillas y Zarzas, que nacen en el espectacular valle glaciar de la Buitrera.

Si las hayas de Tejera Negra pudieran hablar, contarían infinidad de historias de tiempos remotos. El microclima del Parque, junto con su aislamiento, ha permitido la conservación de estas singulares masas vegetales. Las hayas de Tejera Negra se establecieron en épocas remotas, cuando el clima era más frío y húmedo que en la actualidad.

Para disfrutar del parque de forma confortable, no hay que olvidar los impermeables, ya que las lluvias son frecuentes durante todo el año.

Las hayas cuentan con ilustres vecinos, ejemplares de especies también protegidas como el tejo, el acebo y el abedul, además de robles, serbales, mostajos, avellanos y pinos.

El melojo y el pino silvestre forman masas boscosas en ciertas zonas, ya sea de forma natural o como medida de repoblación. Por encima de estas masas arbóreas, se encuentran las formaciones arbustivas de brezos, junto con las plantas de arándanos, enebros rastreros y gayuba.

Los espacios abiertos de hayedos y pinares se complementan con la retama negra y la retama blanca, brezos rosados y brezos blancos de hasta dos metros. En los lugares más degradados y de suelos más pobres domina el matorral. Dadas las abundantes lluvias que se registran en el parque, cabe destacar la gran variedad de hongos que encuentran en él su hábitat natural, destacando el Boleto.

Fauna también

Aunque las hayas hechicen, el visitante debe permanecer ojo avizor para lograr avistar los animales que se esconden entre las raíces o surcan los cielos. Una pista: en cualquiera de los impresionantes roquedos que abundan en el parque, podemos deleitarnos con el vuelo del águila real.

Algo más esquivos son el milano real y el azor, también presentes en el parque. A primera hora de la mañana, con algo de suerte, podremos contemplar corzos y a lo largo de la jornada zorros, gatos monteses, garduñas, tejones, comadrejas, jabalíes y rapaces nocturnas como cárabo, búho chico y mochuelo.

Reserva de aparcamiento

El acceso al parque no está restringido en número de personas, pero sí son limitadas las plazas de aparcamiento que alberga en su interior. Por ello, para visitar el parque en épocas de máxima afluencia, ya sea fines de semana o festivos, es necesario realizar una reserva previa de plaza de aparcamiento.

La solicitud la tramita la Delegación de Medio Ambiente y Desarrollo Rural de Guadalajara. Sólo es necesario llamar al teléfono 630 367 990, de lunes a viernes y en horario de 10.00 a 14.00 horas y de 15.00 a 18.00 horas, e indicar el número de matrícula y día de la reserva. La reserva tiene validez hasta las 13 horas de ese día, momento a partir del cual puede ser ocupada por otros visitantes.

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