La Junta declara Bien de Interés Cultural la Escuela Bolera de Baile, cuna de numerosas danzas andaluzas

El Consejo de Gobierno ha acordado inscribir en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, como Bien de Interés Cultural (bic), la actividad de interés etnológico denominada Escuela Bolera de Baile. Esta expresión artística, una variante de la danza española muy vinculada con el flamenco y caracterizada por su barroquismo y complejidad de ejecución, es cuna de bailes andaluces como la rondeña o las peteneras.

El Consejo de Gobierno ha acordado inscribir en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, como Bien de Interés Cultural (bic), la actividad de interés etnológico denominada Escuela Bolera de Baile. Esta expresión artística, una variante de la danza española muy vinculada con el flamenco y caracterizada por su barroquismo y complejidad de ejecución, es cuna de bailes andaluces como la rondeña o las peteneras.

La Escuela Bolera nace bajo las influencias de los bailes cortesanos franceses e italianos del siglo XVII y obtiene esplendor en el siglo XVIII, momento en el que se consolida sobre la base de los bailes populares españoles. Históricamente vinculado a Andalucía, el estilo evoluciona en el siglo XIX hacia una curiosa mezcla con los bailes de esta región. Durante la época contemporánea, incorpora numerosos pasos y mudanzas en un enriquecimiento mutuo con el flamenco.

La Escuela Bolera tiene así un desarrollo específico en Andalucía, con variantes netamente autóctonas como la cachucha, el jaleo de Jerez, la malagueña y el torero, el olé, los panaderos, las peteneras, las sevillanas boleras, las seguirillas gitanas, las soleares de Arcas, las soleares granadinas, la rondeña, el vito y el zapateado.

Estos bailes presentan como principales rasgos la gracia y la elegancia de sus movimientos y la riqueza y dificultad de sus pasos, así como la característica interpretación con palillos. La mayor parte de las grandes figuras del baile flamenco actual incorporan parte de estos pasos. Por su especial contribución al desarrollo de la escuela, han destacado artistas como Amparo Álvarez 'La Campanera', Manuela Perea 'La Nena', Josefa Vargas y Pepita de la Oliviadas.

El estilo presenta dos tipos de danzas con técnicas diferentes: los bailes boleros y los de palillos. En los primeros se ejecutan saltos, vueltas y complicados trabajos de pies, además de trenzados y dificultosos pasos de elevación. Los segundos se bailan a ras de suelo y en ellos se suele zapatear.

Modalidades en desuso

Los bailes de la Escuela Bolera atraviesan actualmente un momento delicado por sus problemas de transmisión y de representación en los escenarios, especialmente en algunas modalidades que están en desuso y podrían desaparecer.

Lo fundamental de sus técnicas y conocimientos se conserva gracias a la contribución de la saga de los bailarines y coreógrafos Pericet, imprescindible para la preservación del estilo, y las obras de documentación recopilatorias de Pierre Lacotte y Ann Hutchinson Guest, por las que se rescató la cachucha, y de Flemming Ryberg, que hizo lo propio con el jaleo de Jerez y el zapateado de María Cristina. En la divulgación de la escuela destacan asimismo la labor del Aula Pericet del Centro Andaluz de Danza y la obra 'La Escuela Bolera Sevillana: Los Pericet', de Marta Carrasco.

La protección de la Escuela Bolera se enmarca en la política de catalogación de las distintas manifestaciones del flamenco que desarrolla la Consejería de Cultura y Deporte desde que en 2010 la Unesco incluyese el 'arte jondo' en la Lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Entre otras decisiones adoptadas en esta línea, destacan las declaraciones como bienes de interés cultural de la Escuela Sevillana de Baile y de la Fiesta de Verdiales, así como los trámites actualmente en curso para inscribir en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz el Fandango de Huelva, la Zambomba de Jerez y la Zambra de Granada.

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