A juicio de Miguel Martín, miembro del Colegio de Arquitectos de Granada, la situación inclinada de los bordillos y su color gris homogéneo dificultan el tránsito para personas con problemas de visión o discapacitados.

Y los pasos de peatones Este experto también subrayó el «riesgo» de los pasos de peatones. «Cuando se acaban, el invidente no sabe si ha vuelto a entrar en la calle o está ya en la acera», ejemplificó Miguel Martín. En el mismo sentido se pronunció la profesora de la Escuela de Arquitectura, Consuelo del Moral, quien afirmó que a los mayores y a otros colectivos les será difícil recorrer la nueva Gran Vía.