Los inquilinos, al llegar a la casa, se encontraban con que las llaves que les había entregado no se correspondían con la cerradura y cuando intentaban localizar al supuesto arrendador, les resultaba imposible localizarlo.
El 26 de septiembre se puso la primera denuncia y la víctima pagó 700 euros en concepto de fianza y primer mes de alquiler.
Hasta el día 6 de octubre se recibieron otras cuatro denuncias con el mismo modus operandi y en todos los casos las descripciones del estafador coincidían.
El pasado día 12 lo detuvieron tras recibir la llamada de uno de los afectados que reconoció al sujeto por la calle.
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