La veterana actriz Nuria Espert ha ironizado sobre la falta de tiempo que el ministro de Educación y Cultura, José Ignacio Wert, tiene para la cultura, considerada ocio tras la última subida del IVA, a lo que ha añadido que él "trabaja muchísimo en las cosas importantes".

Espert, quien ha presentado este viernes en Valladolid el montaje 'La Loba', con el que estará hasta el domingo en el teatro Calderón, ha calificado de "absurdos y desmesurados" los nuevos impuestos que afectan "a todos" y que se traducen en "dolor" para la gente que, con la subida, tiene que "elegir".

Asimismo, se ha referido a la falta de tiempo para el ocio, tras la consideración del teatro como tal fruto de la subida del IVA, del ministro, quien a su juicio "trabaja muchísimo en las cosas importantes".

Después de que el productor Juanjo Seoane haya recordado que Lorca decía que un país que no ama el teatro "está muerto o casi muerto", la actriz ha recalcado, en el mismo tono, que José Ignacio Wert "goza de muy buena salud", a lo que Seoane ha sumado su crítica por la consideración del teatro como un artículo de lujo "como el tabaco" aunque el primero, al contrario que el segundo, "no mata".

La actriz, cuyo discurso se ha mantenido pegado a la realidad de la actual situación económica y social, ha subrayado que la autora de 'La Loba', la norteamericana Lillian Hellman, víctima de una "caza de brujas", profetizó lo que, a su juicio, sucede en la actualidad: el pago por parte de los ciudadanos de la "avaricia obscena".

"Ese deseo de tener, tener, tener que es tan actual... Este momento terrible de avaricia obscena que estamos pagando todos fue profetizado por Hellman, una mujer muy comprometida con su tiempo", ha explicado Espert, quien ha añadido que la "profecía" augurada por la dramaturga estadounidense "ha tardado en llegar" pero lo ha hecho "disfrazada de respetabilidad, de banqueros, del todo vale, de negocio, del 'quiero más'".

En su opinión, todo el mundo está sufriendo los efectos de esa "avaricia obscena" menos quienes la provocaron. "Ya está destruyendo la clase media, las empresas, el tejido en el que estábamos apoyados y que parecía tan sólido...", ha aseverado antes de puntualizar que, al final, la "mala" (ella) gana en el montaje, "lo que en estos tiempos da que pensar".

Si esas personas tuvieran una reina sería Regina Hiddens, su personaje, una mujer de clase media "desahogada" a quien su vida "no le basta ni de lejos" y que ansía poder a través del dinero.

PASION versus MALDAD

La interpretación de Regina ha conllevado un "esfuerzo diferente" a la actriz, quien "llena de vida" a la ambiciosa mujer pero no la quiere. "He sido (en escena) incestuosa, infiel, asesina de hijos y más cosas horrendas pero nunca he tenido la impresión de hacer un personaje malo sino que hacía cosas malas en situaciones extremas que podía comprender", ha explicado.

Sin embargo, Regina sólo ambiciona dinero y, por ello, no le importa pasar "por donde tenga que pasar"; se trata, para la actriz, un sentimiento desconocido, "una pasión maligna" que, a diferencia del resto de las pasiones, que despiertan en ella comprensión, le cuesta mucho afrontar.

"Es el único personaje malo que he hecho", ha reconocido antes de asegurar que esa "ambición asquerosa" es "el único pecado capital" y "se paga", aunque no en 'La Loba', un montaje "de primera calidad", "de personajes" y que, al estilo de José Luis Alonso, aborda un tema clásico "con ojos contemporáneos".

"Conformamos un cuadro de belleza extraordinaria que esconde una maldad extraordinaria", ha afirmado antes de ensalzar la figura de la autora, cuyo compromiso político fue tal que fue víctima de la "caza de brujas" que destruyó el prestigio y la obra de muchos de aquellos escritores, no agradables para "los conservadores Estados Unidos de ese momento".

Hellman, cuyo texto ha sido adaptado por Ernesto Caballero, era una mujer "muy valiente" que dejó una obra "extraordinaria" y a quien el tiempo le hará la justicia de los grandes autores. "Todo acaba arreglándose...".

El agradecimiento del equipo es más palpable ahora que años atrás por el respaldo del público en las funciones dado el esfuerzo que conlleva la adquisición de las entradas, según Espert.

Su "exaltación, alegría y agradecimiento" es tal que cada noche se convierte en "única" debido a la gratitud por el esfuerzo que la gente hace para verles, también en Valladolid, ciudad "de gran tradición teatral" en la que desembarcó, "en el año de la catapumba", con su primer montaje 'Gigi', y que ha visitado desde entonces con todas sus obras.