El año de Alondra Bentley

Alondra Bentley posa para el mensual.
Alondra Bentley posa para el mensual.
BLANCA GALINDO
Alondra Bentley posa para el mensual.

En los tiempos que corren, publicar dos discos en un mismo año puede considerarse una hazaña. "Tienes que ser muy cabezón y un poco kamikaze para invertir tanto esfuerzo, tiempo, ilusión y dinero en grabar y publicar un disco; requiere muchísima dedicación y no siempre te sientes recompensado. Pero cuando de repente alguien te agradece el trabajo, va a verte tocar a un concierto o compra tu disco, se te olvida todo lo demás". Son los motivos que empujan a Alondra (López) Bentley a no tirar la toalla, a pesar de que la necesidad le hizo dar un paso atrás.

"Cuando saqué mi primer disco dejé todo: estudiaba Bellas Artes, daba clases de inglés, ponía copas... para dedicarme exclusivamente a la música. Después de dos años de escribir, tocar y promocionar mi álbum, me mudé a Madrid y comencé a trabajar otra vez. Ahora hago cuentacuentos para bebés, conciertos infantiles y doy clases a niños en paralelo a mi carrera musical. Es bastante cansado, porque ningún día de la semana es el día de descansar...".

Su música tiene elementos comunes con la de Russian Red y Annie B. Sweet, pues sus inicios fueron cercanos a la canción de autor anglosajona y se presentaba en solitario con su guitarra. En su tercer disco, The Garden Room (Gran Derby Records), se abre a infinidad de influencias más allá del folk y habla "sobre mi familia. Siempre acabo escribiendo sobre cosas muy cercanas y personales. Supongo que tiene que ver con que compongo de una forma muy intuitiva; es un proceso bastante íntimo, casi como un ejercicio de sincerarme conmigo misma, en el que acaba apareciendo lo que realmente me interesa e importa". Lo presenta en Barcelona (3 de noviembre, La [2] del Apolo) y Valencia (día 9, Matisse) en formato banda.

También dará un concierto para niños en Murcia (día 17, Teatro Circo) con las canciones infantiles que publicó antes de verano bajo el título Alondra Bentley Sings for Children, It's Holidays!, y no es su primera vez. "Cuando actúo para ellos es más una fiesta que un concierto. Se trata de que disfruten mucho, hay cuentos, juegos, se suben al escenario... He hecho una media docena de actuaciones infantiles y son divertidísimas".

Así que al final, consigue relacionar sus actividades extramusicales con su pasión. "Estar en contacto con niños me ha hecho darme cuenta de que para ellos todo es fascinante: el maullido de un gato, un semáforo, el verano, el agua, las plantas... todo les resulta novedoso. Me ha encantado escribir sobre algo tan simple y a primera vista hasta aburrido porque en realidad es todo lo contrario, cosas maravillosas que damos por sentadas y ya no apreciamos. Mi madre era muy entusiasta y nos contagió a mis hermanas y a mí. Me apetecía mucho homenajear a mi infancia y la de todos los niños que conozco".

Parte de la banda sonora de Buscando a Eimish, primer largometraje de Ana Rodríguez Rosell que se estrena el 9 de noviembre, también lleva la firma de Alondra. Su directora "me ofreció participar después de verme actuar en un festival de cine, me pasó el guión y me puse manos a la obra". No podemos evitar preguntar sobre la subida del IVA y su repercusión en la cultura: "Este país está cavando su propia tumba, se está fomentando la no educación y tomando medidas que abiertamente favorecen a los que no dependen de ayudas y quitándosela a los que tanto la necesitan. Insultan a nuestra inteligencia y de paso se ríen un poco en nuestra cara".

Nada impersonal

  • Nació en Lancaster (Gran Bretaña) en 1983, en la calle Ashfield Avenue, título de su primer disco, aunque su familia se trasladó a Murcia siendo una niña. Por eso el inglés es su lengua materna y su favorita para cantar, "me siento más cómoda, es una simple cuestión de estilo".
  • Aprendió a tocar la guitarra "en plan autodidacta total, sacando canciones de mis artistas favoritos: PJ Harvey, Donovan..".
  • Su primera canción la escribió con 17 años y se llamaba Please, More Rational Individuals. Está grabada en su debut maquetero, cuando se llamaba Ladybird, y tenía tres canciones.
  • Se declara adicta a las series. "He tenido que renunciar a mi vida social. Hay demasiadas series nuevas maravillosas que tengo que ver".
  • Alumna aventajada de su generación, Alondra hace honor a su nombre con su delicada voz.
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