Miembros de la autoridad judicial se han personado esta mañana en el domicilio de la familia de Sinecio Heriberto Torres, sito en la calle Cigüeña 47, para ejecutar la orden de desahucio emitida por Caja Laboral. El ya expropietario ha entregado las llaves de forma pacífica y la 'Plataforma de afectados por la Hipoteca de La Rioja' no ha opuesto resistencia mientras se producía el desalojo.

Heriberto Torres, el cabeza de familia, tiene 59 años, lleva catorce en España y no tiene trabajo desde hace tres. Vive actualmente junto a su cónyuge y dos hijos, y a pesar de que su mujer trabaja en el sector de la limpieza, no han podido hacer frente a su hipoteca durante dos años.

Tras comenzar sus problemas con la entidad bancaria, Heriberto solicitó justicia gratuita, acudió la oficina de la defensora del pueblo para explicar su caso, solicitó ayuda a los servicios sociales, pidió reiteradas veces la dación en pago y posteriormente la condonación de la deuda.

Caja Laboral ha rechazado todas las peticiones de la familia de dación en pago y condonación de deuda, por lo que se ha producido el desahucio que ha llevado esta mañana a cabo la autoridad judicial pertinente. La entrega de llaves se ha realizado en la calle, por lo que la Plataforma de afectados por la Hipoteca de La Rioja no descarta presentar una demanda porque consideran este acto "un atentado contra los derechos civiles".

En el momento en que se producía el levantamiento de acta, las más de 50 personas que han acudido a apoyar a la familia, han proferido gritos como "¡viva la banca!¡Viva la justicia!¡Viva el juez que ha firmado esto!" y le han mandado un mensaje al gobierno diciéndole que "indulta a banqueros y delincuentes pero echa a la calle a personas decentes".

Heriberto Torres decía visiblemente emocionado momentos antes del deshaucio "que lo único que pide es quedarse sin deuda" y con las mismas palabras que ya había dicho en el juzgado, ha reiterado "que si quieren pueden llevarle preso preso porque pagar no va a pagar, porque en la situación en la que está y sin trabajo...".

"No sólo hemos perdido nuestra vivienda sino que nos quedamos con una deuda imposible de pagar, somos víctimas de una legislación hipotecaria injusta y perversa que beneficia sin ningún pudo a las entidades financieras, y a nosotros se nos condena de por vida a vivir en exclusión social", concluía el afectado.