Condenan a 11 años de prisión al acusado búlgaro de matar a un compatriota en una chabola

El Juzgado de Instrucción número 2 de Huelva ha condenado a 11 años de prisión al acusado de homicidio D.D., de nacionalidad búlgara, por dar muerte a un compatriota suyo el 8 de septiembre de 2011 en Huelva capital, concretamente en una chabola ubicada en el descampado triangular existente entre la autopista H-30, bajo el puente de esta carretera. El acusado ya fue declarado culpable por un jurado popular al término del juicio que se celebró a finales de septiembre, al considerar probado que ese día el acusado asestó a la víctima varios golpes en la cabeza con una barra metálica y que este murió a causa de las heridas.

El Juzgado de Instrucción número 2 de Huelva ha condenado a 11 años de prisión al acusado de homicidio D.D., de nacionalidad búlgara, por dar muerte a un compatriota suyo el 8 de septiembre de 2011 en Huelva capital, concretamente en una chabola ubicada en el descampado triangular existente entre la autopista H-30, bajo el puente de esta carretera. El acusado ya fue declarado culpable por un jurado popular al término del juicio que se celebró a finales de septiembre, al considerar probado que ese día el acusado asestó a la víctima varios golpes en la cabeza con una barra metálica y que este murió a causa de las heridas.

Según reza en la sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, de igual forma el juez ha condenado a este individuo, como responsabilidad civil, a pagar a la madre del fallecido 70.000 euros de indemnización.

El juez, a la hora de imponer la pena, ha tenido en cuenta la atenuante de la confesión de los hechos ante la Policía horas después del suceso, algo que "ha simplificado la causa", y asegura que, con la ausencia de testigos directos, hace que no pueda descartarse que actuara el reo tras alguna provocación por parte de la víctima y que él manifestara que quiso defenderse.

En cuanto a la ingesta de alcohol, considera que influyó algo en la acción, aunque no como para formar una atenuante. Del mismo modo, el juez considera que ha de servir para calibrar la pena de manera menos severa el hecho de que el reo sea "inmigrante de escasa fortuna" y recuerda que el suceso ocurrió entre personas que viven en chabolas, por lo que cree que "se deber ser en general más riguroso en exigir el sometimiento a la norma con aquellos que disfrutan una posición de privilegio que con quienes atraviesan una etapa difícil de su vida".

No obstante, hace hincapié en que aunque "no puede ser aceptado el argumento de que tal gravísima infracción sea en parte justificable por la penuria temporal, sí ha de servir para calibrar la pena de manera menos severa".

Cabe recordar que el jurado tampoco consideró probado que este actuara bajo legítima defensa y bajo los efectos del alcohol, tal y como planteó su letrado, Ignacio García, durante el juicio.

Por su parte, la Fiscalía pidió 12 años de cárcel y como responsabilidad civil que esta persona indemnizara a la madre de la víctima con el pago de 70.000 euros.

Durante el juicio

Durante su declaración en el juicio, el condenado, a través de su intérprete, insistió en que "no tenía intención de matarlo, sino que quería defenderme". En esta línea, señaló en que se llevaba "mal con la víctima porque éste era violenta y en una ocasión me clavó un tenedor" sin saber los motivos.

El condenado declaró que en la madrugada del día 8 de septiembre, su cumpleaños, compró bebida —concretamente vino y cerveza— junto a dos vecinos de la chabola y bebieron esa noche. Después de beber, se acostó y mientras dormía, el fallecido entró en la chabola y le despertó pidiéndole bebida y dinero, y como se negó, "me tiró del pie y salimos fuera donde empezó a golpearme con las manos en el pecho mientras me ofendía".

En ese momento, según indicó, cogió un palo cilíndrico y empezó a golpearlo cuando cayó al suelo y después lo arrojó a un canal cercano, y que tras ello, se fue a despertar a un vecino para contarle lo sucedido.

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