Escritor Emilio Calderón se adentra en género negro con 'La cosecha humana', una historia real que le lleva a Jerusalén

Considera que "es necesario sacar estos problemas estructurales y de corrupción que tiene la sociedad palestina a la luz"
El escritor Emilio Calderón
El escritor Emilio Calderón
MARI LUZ BRAVO
El escritor Emilio Calderón

Misterio y humor, todo ello bajo el prisma de una historia real y sacada a la luz, confluyen en la nueva novela del escritor, además de historiador y editor, Emilio Calderón, que se estrena en el género negro con 'La cosecha humana', una denuncia a la situación de la mujer en Oriente Medio y, más concretamente, en Jerusalén.

En las librerías desde el pasado 25 de septiembre, Calderón se adentra en el género policiaco por primera vez al completo. Después de 'Los sauces de Hiroshima', con la que cierra su trilogía sobre Asia, este escritor entra de lleno en el terrorífico mundo del tráfico de órganos humanos, una trama que le trasladará hasta Israel.

Por su carácter de género negro y lo real de la historia, ha confesado que las primeras impresiones que está recibiendo de lectores y editores es que podría ser trasladada al mundo del cine, un hecho que no le disgustaría.

En una entrevista concedida a Europa Press, el escritor malagueño ha explicado que la razón de elegir el género policiaco radica en que el tema "encajaba perfectamente dentro de dicho género, porque habla del tráfico de órganos humanos, un tema escabroso".

El origen de 'La cosecha humana', cuyo hilo conductor precisamente es la trama de este tráfico de órganos humanos bajo la que se esconde un conflicto civil y no tanto religioso árabe-israelí, comienza cuando se encuentra en la promoción de un libro en Noruega.

Allí descubre el artículo de un periodista que supuso una auténtico escándalo en los países nórdicos, ya que sacaba al descubierto que Israel traficaba con los órganos de los palestinos que abatían los territorios ocupados.

El artículo ocasionó la denuncia del Gobierno israelí hasta el punto de que el primer ministro pidió al Ejecutivo sueco que repudiara dicho trabajo, no consiguiendo su objetivo y propiciando la apertura de una investigación que acabó en un juicio, ya que se demostró la veracidad de la historia del periodista sueco. Se llegó a descubrir la implicación del director del Instituto de Medicina Legal de Tel Aviv y militares en este caso.

Contar una realidad

Esta situación despertó el interés en Calderón, según ha reconocido, por lo que comenzó sus investigaciones para tratar de determinar el por qué ocurría esto en Israel, donde vive "la comunidad judía y la árabe o palestina".

En su mayoría, practican la religión islámica, que "no ve con buenos ojos la donación de órganos, lo que implica que este país sea deficitario de donantes de órganos". De forma que al no donar la gente en Israel, "los órganos que entran en el país tienen que ser importados y como hay pobreza, pero al mismo tiempo es rica, es el sitio idóneo para que se produzcan este tipo de negocio ilegal".

Calderón, que confiesa no haber sentido miedo a la hora de escribir esta novela, relata que en la novela no está ni a favor ni en contra de las partes, sino que lo que pretende es contar la realidad, sendas visiones, admitiendo no haber encontrada nada bueno.

Desde las "atrocidades" que cometen los judíos dentro de los territorios ocupados hasta los "déficit" de la sociedad palestina se puede leer en este libro, que pretende ser una denuncia y una reflexión sobre la situación que hay en el país, donde "el 60 por ciento de las mujeres palestinas sufren malos tratos y el índice de poligamia es alto".

Una discriminación que se hace patente incluso a la hora de suicidarse, ya que "cuando un varón palestino se inmola, recibe una cantidad de dinero por ser mártir, mientras que si es mujer, esa cantidad de dinero es inferior".

Considera por tanto este escritor que "es necesario sacar estos problemas estructurales y de corrupción que tiene la sociedad palestina a la luz".

De ahí que la novela habla de la necesidad de que la mujer cobre una "mayor importancia". Razón ésta por la que elige que el personaje principal de la novela sea femenino.

A esta novela no le sucederá una segunda parte, aunque sí que ha adelantado que seguirá escribiendo con los mismos personajes, aunque una historia diferente, ya que es lo propio del género negro.

La historia

La aparición del cadáver de una mujer árabe con hiyab en los territorios ultraortodoxos de Jerusalén Este da comienzo a una investigación criminal; un caso que se le asigna a la inspectora Sarah Toledano, la protagonista de la historia, que se caracteriza por su origen sefardí, aunque de nacionalidad española, que vive torturada por su oscuro pasado; y al sargento Lautaro Heller, un askenazí nacido en Argentina con quien Sarah se compenetra bien.

El toque humorístico se lo da su compañero, caracterizado por su nivel culto y su carácter escéptico, según Calderón. Ambos tienen en común que no son religiosos.

Todo apunta a una lapidación, pero al descubrirse dos nuevos cadáveres, un periodista israelí y el de un hombre de origen caucásico, a los pocos días en otra parte de la ciudad, se llega a la conclusión de que los crímenes tienen un nexo común: Neturei Karta, una organización extremista de judíos ortodoxos favorable al desmantelamiento del Estado de Israel.

Sin embargo, hay algo que no concuerda, y será misión de la inspectora Sarah Toledano y del sargento Lautaro Heller llegar al fondo de la cuestión. Se encontrarán, así, con indicios que no concuerdan con la teoría que maneja su superior, el comisario Samuel Goldiak, interesado en querer dar una visión parcial y partidista de lo que ocurre en Israel, a la que presentará como víctima de sus tejemanejes políticos.

Desde una agresión sexual, un seguimiento policial, un secuestro a punta de pistola hasta una ejecución, un incendio provocado, una negociación, una llamada a los bomberos, un atropello y dos confesiones darán como resultado la resolución de este caso, basado en hechos reales.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento