"¡Dispara!" muestra las analogías entre una foto y un tiro

  • Una exposición en Londres confronta las ideas de disparar una foto y un arma.
  • Muchos artistas se han sentido fascinados por la premisa existencial de que hacer fotos es una forma de mantener un duelo contra el ego.
  • La muestra culmina con una vieja galería de tiro de feria donde los visitantes que dan en el blanco son retratados automáticamente.
Sartre y de Beauvoir autorretratados en una galería de tiro en una feria en la Puerta de Orleáns de París
Sartre y de Beauvoir autorretratados en una galería de tiro en una feria en la Puerta de Orleáns de París
© Jazz Editions / Gamma / Gamma-Rapho - Courtesy of The Photographers' Gallery, London
Sartre y de Beauvoir autorretratados en una galería de tiro en una feria en la Puerta de Orleáns de París

El verbo disparar tiene entre sus varias acepciones la de despedir la carga de un arma y la de hacer funcionar un disparador. Este, a su vez, es la pieza que sujeta la llave de las armas portátiles de fuego y que, movida a su tiempo, sirve para dispararlas, pero también el dispositivo que sirve para hacer funcionar el obturador automático de una cámara fotográfica.

Que las acciones de disparar un arma y disparar una foto se sirvan del mismo término no es casualidad y ha llamado la atención a muchos artistas. En torno a esta idea gira la exposición Shoot! (¡Dispara!), que se inaguró ayer viernes en la Photographer's Gallery de Londres y estará abierta hasta el 6 de enero de 2013.

Fotografía existencial

El subtítulo de la original muestra puede ampliar las intenciones de los organizadores: Existencial Photography (Fotografía existencial). Para algunos creadores, sobre todo desde el desarrollo de las vanguardias europeas de entreguerras, hacer una foto es una forma de mantener un duelo filosófico contra uno mismo, precisan desde la galería. Al otro lado del arma está el ego.

El tirador ve el retrato de sí mismo con el arma en las manos El recorrido de Shoot! se inicia tras la I Guerra Mundial, cuando en Europa y los EE UU triunfan las photo-shooting gallery, expresión inglesa para llamar a las galerías de tiro instaladas en casetas de feria donde los participantes que daban en el blanco eran retratados por una cámara sincronizada. La foto resultante era el premio. "La carga metafórica de la actividad es obvia. El tirador ve el retrato de sí mismo con el arma en las manos, justo en el momento en que la bala disparada hace la foto", señalan.

Autorretratos de los 16 a los 92 años

Las imágenes expuestas, que van desde 1920 hasta la década de 1970, exploran no sólo la pose y expresión del tirador, sino también las de las personas reunidas para ver el espectáculo. Una de las series es la muy conocida de la holandesa Ria van Dijk, que se hizo autorretratos en una galería de tiro de un parque de atracciones desde los 16 a los 92 años (entre 1936 y 2012).

La instalación de diapositivas titulada Celebrity Cabinet (1929-1955) exhibe retratos del mismo tipo realizados por artistas e intelectuales a los que hacía gracia la idea de disparar un tiro y retratarse merced a la exactitud de la bala. Los más notables son los de Jean-Paul Sartre y Simone de Beauvoir, Man Ray y los fotógrafos Robert Frank, Henri Cartier-Bresson y Brassaï. Fascinados por el proceso mecánico de las photo-shooting gallery, este grupo heterogeneo de artistas y pensadores entendía que el autorretrato se asemejaba a un duelo que perseguía la destrucción del ego.

  Los mismos conceptos e ideas continúan cautivando a nuevas generaciones de artistas. En Just Because (2010) Emilie Pitoiset corta imágenes para crear la hipotética trayectoria de la bala; en Pictures of me, shooting myself into a picture, Rudolf Steiner dispara contra una cámara pinhole para que el orificio provocado por la bala permita entrar la luz que provocará la foto; Jean-François Lecourt, en la serie Tirs (1985-2010), también dispara con munición real contra cámaras para obtener autorretratos creados a partir de agujeros de bala y los montajes multimedia de las series Shooting, de Sylvia Ballhause, se basan en el principio de que todo fotógrafo ha de ser un cazador.

Un punto culminante de la exposición es el vídeo montaje Crossfire (2007), de Christian Marclay, en el que protagonistas de películas de Hollywood disparan contra los espectadores desde una multipantalla circular. La muestra culmina con una vieja galería de tiro de feria donde los visitantes que dan en el blanco son retratados automáticamente.

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