La Guardia Civil de Burgos ha detenido a cinco personas, que responden a las iniciales de J.M.E.A. de 39 años, T.E.B. de 36 años, G.G. de 42 años, J.E.E. de 58 años y V.E.P. de 41 años, por su distinta implicación en el robo de cobre en parque eólicos.

Según los datos facilitados por la Guardia Civil, a primeros de año, se observó un incremento de los robos en los parques eólicos de la toda la provincia por lo que la información obtenida en las inspecciones oculares, que se comparó con la adquirida en otro tipo de robos similares perpetrados en subestaciones eléctricas, arrojó como resultado que todos eran cometidos por un grupo perfectamente organizado cuyo objetivo era el cableado eléctrico.

La Unidad Orgánica de la Policía Judicial se hizo cargo de la investigación, que permitió establecer que se trataba de un grupo jerarquizado, organizado y con gran movilidad geográfica, formado por tres escalones: un primer escalón informativo y de vigilancia; otro que podríamos denominar el propiamente operativo, y un tercero dedicado a la logística y posterior distribución de la mercancía sustraída.

Durante el día de ayer se han detenido a cinco personas y practicados cinco registros bajo mandamiento judicial.

La primera labor, la informativa, la realizaban de día, recopilando datos fundamentales para su seguridad, como base para el éxito mientras que de noche se desplazaban en vehículos a los parques eólicos situados en zonas rurales aisladas, con escasa o ninguna vigilancia.

Allí mediante la fuerza en las cosas, apalancando puertas, lograban introducirse en el interior de los aerogeneradores. Dentro sustraían el cableado de toma tierra, soltándolo con herramientas adecuadas o cortándolo directamente con cizallas, para ser transportado posteriormente hasta naves donde lo depositaban.

Más tarde el material era vendido en centros de gestión de residuos sólidos, buscando un dinero fácil y rápido.

Junto con las detenciones se ha recuperado más de 5.300 kilogramos de cobre y sólo en cable han sido intervenidos 6.278 metros lineales. También había canalones y otros efectos del mismo material y en los registros se ha encontrado numerosa e importante documentación y herramientas utilizadas en los robos.

Al valor propio de los efectos sustraídos hay que sumar el de la reposición y reparación del daño causado, así como la pérdida de beneficios por la inactividad. La investigación sigue abierta y no se descartan nuevas detenciones.