Romney asegura en el debate con Obama que "no quiere seguir el camino de España"

El candidato republicano, Mitt Romney (d), y el presidente de EE UU y aspirante a la reelección, Barack Obama (i), durante el primer debate presidencial el miércoles 3 de octubre de 2012, en la Universidad de Denver, en Denver, Colorado.
El candidato republicano, Mitt Romney (d), y el presidente de EE UU y aspirante a la reelección, Barack Obama (i), durante el primer debate presidencial el miércoles 3 de octubre de 2012, en la Universidad de Denver, en Denver, Colorado.
EFE/MICHAEL REYNOLDS / POOL
El candidato republicano, Mitt Romney (d), y el presidente de EE UU y aspirante a la reelección, Barack Obama (i), durante el primer debate presidencial el miércoles 3 de octubre de 2012, en la Universidad de Denver, en Denver, Colorado.

El presidente de EE UU y candidato a la reelección, Barack Obama, y el aspirante presidencial republicano, Mitt Romney, se enfrentaron este miércoles en la Universidad de Denver (Colorado) en el primero de sus tres debates televisados, en el que no faltó una alusión directa a la crisis económica que vive España, con la victoria contundente del aspirante Romney.

La crisis en España apareció en el debate cuando el candidato republicano defendió un Estado "eficiente" y usó el ejemplo de España como aquel que no quiere seguir, afirmando que el peso del sector público en la economía del país es del 40%  y "mira cómo ha acabado".

La sorpresa de la noche fue el desempeño del candidato republicano, que durante la campaña tuvo varios deslices y del que se esperaba una actuación menos carismática que la del presidente Obama, experto orador. Según todas las encuestas posteriores al debate, Romney "ganó" con contundencia.

El candidato republicano pareció cómodo al defender sus propuestas de recorte del gasto público y del Estado, del mantenimiento del gasto militar -haciendo "América fuerte de nuevo"- y reiterando que él es la alternativa que el país necesita para el futuro, "una vía totalmente diferente" a la del actual presidente. Consciente de su fama de rico hombre de negocios ajeno a las preocupaciones del pueblo, el republicano enfatizó su "defensa de la clase media" y negó que vaya a realizar una millonaria bajada de impuestos a los ricos.

Mitt Romney aseguró que llevará al país por la senda del crecimiento, "ayudado a crear 12 millones de empleos" y elevando el poder adquisitivo de una clase media "exprimida" en los últimos cuatro años. Por otro lado, aboga por reemplazar la ley Dodd-Frank, diseñada para aumentar el control de las operaciones financieras de riesgo tras la crisis de Wall Street en 2008.

Obama fue el primero en comenzar, tras felicitar a su esposa, Michelle, por su cumpleaños, coincidencia sobre la que Romney ironizó observando lo "afortunado" que era el presidente de pasar esa fecha en compañía de su oponente.

El presidente se defendió de las acusaciones republicanas que acusan sus políticas de haber destruido la economía estadounidense. "Queda mucho trabajo por hacer, no se trata de dónde estamos, sino hacia dónde vamos", subrayó. Sin embargo, según los analistas, Obama no brilló como orador, algo que la audiencia esperaba, sino que estuvo más contenido y en posición "defensiva".

Pero en lo que no dudó fue en recordar sus líneas maestras. Obama sostiene que la crisis internacional dañó al país y que "no puede prometer ser el presidente perfecto, pero sí el que luchará" por los estadounidenses, haciendo especial hincapié en la defensa de las empresas que generen empleos en Estados Unidos, frente a las que se trasladan al extranjero en busca de mano de obra barata.

Endeudamiento público y "efecto goteo"

Ambos candidatos comenzaron el debate apelando a la clase media y a los recortes de impuestos para "quienes más sufren". Tanto Obama como Romney afirman que su prioridad es "crear empleos" y  favorecer a las pequeñas y medianas empresas.

La crisis en España apareció en el debate cuando el candidato republicano defendió un Estado "eficiente" y usó el ejemplo de España como aquel que no quiere seguir, afirmando que el peso del sector público en la economía del país es del 40%  y "mira cómo ha acabado".

Para el candidato republicano, el nivel de endeudamiento de EE UU "no es moral", por lo que, a su juicio, es necesario reducir el gasto. "El presidente (Barack Obama) prefiere aumentar los impuestos",  afirmó. "Es el momento de seguir un nuevo camino".

El republicano dejó claro que aboga por el efecto del 'goteo' (Trickle Down en inglés), idea económica que sostiene que enriquecimiento de las empresas y de los más adinerados acabará beneficiando a los más desfavorecidos.

Bajada de impuestos

Uno de los primeros puntos de fricción surgió con la afirmación del presidente Obama de que el plan de Romney incluye una bajada de impuestos de 5.000 millones de dólares, algo que, "tanto la historia como las matemáticas"  prueban no ser efectivo ni compatible con el aumento de recursos para el ejército que prevén los republicanos.

"Si creen que podemos recortar impuestos en 5 billones de dólares y añadir 2 billones en gastos adicionales que el Ejército no ha solicitado (...) y ofrecer deducciones a los estadounidenses más privilegiados y que no tendremos que pagar la factura, entonces el plan del gobernador Romney puede funcionar para ustedes", dijo Obama.

Romney se defendió afirmando que lo que busca es financiar esa bajada de impuestos, que restaría recursos al estado, "recortando gastos" en programas "innecesarios" y con un "gobierno más eficiente", eliminando organismos públicos.

Y fue más lejos, asegurando que si gana las elecciones no recortará los impuestos a los ricos. "No voy a recortar los impuestos a los ricos", aseguró, aunque sí lo hará según dijo, a la clase media: "Si subes los impuestos, matas los empleos". Según Romney, de ganar las elecciones, perseguirá el equilibrio presupuestario y apoyará a las pequeñas empresas.

"ObamaCare" y educación

La segunda parte del debate trató sobre el sistema de salud, uno de los puntos calientes de la contienda presidencial. Obama defendió su reforma sanitaria, utilizando incluso el nombre despectivo que los republicanos utilizan para dirigirse a ella: Obamacare.

"Me estoy acostumbrando a ese término", afirmó el presidente, defendiendo que su reforma no es contraria a que las aseguradoras privadas tengan beneficios y acusado a Romney de querer convertir Obamacare en un "programa de cupones".

Para Romney, Estados Unidos debería concentrarse "en el  empleo" en lugar de en una costosa reforma sanitaria, que a su juicio "hace sufrir a las familias" y que es parte de las políticas de Obama que "matan empleos".

"El mercado privado y la responsabilidad individual siempre funcionan mejor", aseguró el candidato, en una alusión a la reforma que los republicanos consideran una indeseable injerencia del estado en asuntos privados.

Los candidatos también intercambiaron reproches en cuanto a la política de educación. Romney aclaró que "valora la educación" y que no "recortará el presupuesto" aprovechando para reprochar a Obama su "excesivo" gasto en energías renovables, con el que "se podrían pagar profesores".

Este fue el primer cara a cara entre los dos candidatos a las elecciones presidenciales del 6 de noviembre; el segundo debate será el 16 de octubre en Nueva York y el tercero y último el 22 de octubre en Florida.

Las encuestas post debate

El aspirante presidencial republicano dominó con claridad su primer debate televisado con el presidente, Barack Obama, que estuvo nervioso y no supo transmitir con claridad sus ideas, según coinciden la prensa y las primeras encuestas.

Incluso los comentaristas de medios afines a los demócratas, como la cadena de televisión MSNBC, reconocieron la derrota de Obama y señalaron que esperaban una mejor actuación del presidente en el debate que se celebró en la Universidad de Denver (Colorado).

Varios calificativos se repitieron entre la prensa para calificar cómo se desenvolvieron ambos: "fuerte" y "agresivo" para Romney, y "acartonado" y a la defensiva para el presidente, que aspira a lograr la reelección en los comicios del 6 de noviembre.

La revista Slate sostuvo que no pudo encontrar un solo analista que piense que Obama ganó, mientras que para el diario Politico el veredicto, muy claro, es que fue "una buena noche para Romney".

Todos los medios de comunicación estadounidenses han señalado que el republicano logró llevarse a su terreno el primer "cara a cara", en el que los temas principales fueron económicos, su punto fuerte.

El 67% de los espectadores de la cadena CNN consideró este miércoles que Romney ganó el debate, frente al 25% que se decantó por Obama.

Además, el 61% de los 430 adultos encuestados por la cadena aseguró que el presidente estadounidense lo había hecho peor de lo esperado.

Obama podía haber hecho daño a Romney

Para la cadena Fox News, el debate "careció de golpes de KO, aunque estuvo lleno de codazos", algo en lo que estuvieron de acuerdo en Twitter varios periodistas políticos estadounidenses, que echaron de menos más momentos apartados del guión.

The New York Times se fijó en "la ventisca de estadísticas" que ambos políticos desplegaron en sus intervenciones, muy centradas en los problemas económicos como el desempleo, el déficit, la fiscalidad y la financiación del sistema sanitario.

El conservador The Wall Street Journal opinó que las diferencias también se observaron en el rol del Gobierno federal, mientras que tanto Romney como Obama se presentaron como "los grandes defensores de la clase media".

La campaña demócrata ya había recordado antes de este primer "cara a cara" que Obama llevaba cuatro años sin debatir, a diferencia de Romney, que durante las primarias republicanas participó en más de una decena de debates.

Lo cierto es que el presidente estuvo cabizbajo en algunos momentos del debate, nervioso al principio y le costó transmitir las propuestas para un segundo mandato que ha venido repitiendo desde hace meses en mítines y actos de campaña.

La pregunta que se hacen también comentaristas y analistas es por qué Obama no sacó en este debate algunos temas con los que podía haber hecho daño a Romney, como el vídeo en el que su rival menosprecia al "47 por ciento" de los ciudadanos que nunca votarían por él porque, según afirmó, son "dependientes del Gobierno".

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