Cincuenta supuestos talibanes murieron entre el sábado y el domingo durante un combate con tropas afganas y de la Fuerza para la Asistencia a la Seguridad (ISAF) en la provincia sureña de Uruzgan.

Primero un comunicado del Ministerio afgano de Defensa indicó que 30 militantes fallecieron este sábado, en el área de Yahhdan de esa provincia.

Después Mohammad Qasim, comandante de seguridad de la provincia, confirmó que fuerzas combinadas afganas y de la ISAF mataron anoche a veinte presuntos talibanes en el distrito de Charchino de la provincia de Uruzgan.

Un total de 16 supuestos talibanes murieron en esa operación militar, que según el ejército comenzó después de que un grupo de rebeldes atacara un puesto de policía, en la que también resultaron heridos cuatro soldados afganos.

Por otro lado, tres rebeldes fallecieron cuando trataban de emboscar un convoy de soldados afganos que regresaban a casa después de la operación en Sarchino.

La guerra no termina

La situación en Afganistán es este año la más violenta desde que las fuerzas militares encabezadas por EEUU invadieron Afganistán a finales de 2001 con el argumento de que Bin Laden se encontraba escondido allí.

España envió tropas a esta misión -al igual que lo hizo dos años después en Irak-, que todavía permanecen allí.

Cerca de 2.000 personas han muerto en lo que va de año a causa de distintos incidentes de violencia, aunque sólo cien eran soldados extranjeros.

La semana pasada la ISAF culminó el traspaso del mando de la seguridad en el este de Afganistán de manos de la coalición militar liderada por Estados Undos.

Con esta operación, EEUU deja toda la responsabilidad de la seguridad en Afganistán a la OTAN.