Trib.La policía vincula al 'Huesos' y 'La Perla' con el club 'Yomar-2' por la forma de envasar los 'pollos' de droga

El juicio contra el matrimonio y otros cuatro acusados, a quienes se piden penas de seis años de cárcel, prosigue mañana

El inusual método utilizado para el envasado de los 'pollos' o envoltorios de un gramo de cocaína, idéntico en el caso de los ocupados en abril de 2008 a Ángel J.J, más conocido por 'Huesos', y los intervenidos ese mismo día en el club 'Yomar-2', donde se detuvo a otras tres del total de seis personas acusadas de tráfico de drogas, constituye una de las principales bazas del Ministerio Fiscal para demostrar la conexión entre todos los procesados, que se exponen a penas de seis años de prisión y multas de 850 euros por desarrollar dicha actividad ilícita en el barrio de Pajarillos.

De hecho, el policía que instruyó el procedimiento se ha mostrado categórico, durante su declaración en el juicio iniciado hoy en la Audiencia de Valladolid, al afirmar que cuando el 'Huesos' fue detenido el 10 de abril de 2008 a la salida del referido burdel portaba envoltorios de droga de características idénticas a los descubiertos instantes después en el establecimiento. "Es algo inusual en las papelinas o pollos de un gramo pues estaban termosellados y tenían un trozo de plástico sobrante de un centímetro", ha recordado el testigo.

Éste, en declaraciones recogidas por Europa Press, ha explicado que las pesquisas se iniciaron a raíz de los chivatazos de integrantes de la Plataforma Contra el Narcotráfico de Pajarillos, así como de otros vecinos del barrio y, fundamentalmente, de toxicómanos, según los cuales el matrimonio compuesto por Ángel J.J. ('Huesos') y María Jesús D.J. ('La Perla') se dedicaba a la venta de sustancias desde su casa, un bajo derecha situado en el número 1 de la calle Cuclillo, tarea en la que, según sostiene la policía, contaban con la colaboración de Alberto C.C. ('Canano'), este último en labores de "machaca" o intermediario, "las mismas que anteriormente realizaba para el clan de 'La Guaja' y 'Peluso'".

Las pesquisas iniciadas entonces, con distintas actas de aprehensión levantadas en las inmediaciones del domicilio, tendrían más tarde una derivación hacia el 'Yomar-2', club que la policía ya tenía en "cartera" debido a las denuncias que pesaban también sobre el mismo como posible punto de distribución de droga. La vinculación no se establecería hasta el día de la detención de los acusados, cuando hubo un desabastecimiento de droga en el piso de Cuchillo y los agentes vieron cómo el 'Huesos' acudía al club, permanecía en él unos pocos minutos y reiniciaba camino de vuelta a su casa, momento en el que fue interceptado con tres gramos de 'coca' y uno de heroína.

Consumo compartido

El acusado, en su declaración en el juicio, ha negado que la mercancía la adquiriera en el club y ha sostenido que la compró a un marroquí en la Plaza Circular con destino a su propio consumo. "Llevo casado con mi esposa veinte años y ya antes consumía", ha indicado el 'Huesos', quien ha explicado que acudió al club para visitar a un primo que trabajaba allí y ha justificado el trasiego de toxicómanos ante su casa en el hecho de que en ocasiones entraba con alguno de ellos para realizar un consumo compartido aprovechando que su esposa, también imputada, había ido al culto a la iglesia evangélica.

La aludida, que en enero de 2008 entró en prisión para cumplir una condena de tres años por tráfico de drogas, ha mantenido también su inocencia y ha advertido de que en alguna ocasión tuvo más de un rifi-rafe con su esposo tras hallarle consumiendo en casa con algún amigo. "Cuando le pillaba le reñía y le echaba de casa", ha indicado 'La Perla', quien ha negado cualquier vinculación con el 'Yomar-2' por su condición de ferviente evangelista, que le prohíbe entrar en un bar.

También se han declarado inocentes 'Canano', confeso toxicómano que ha asegurado que acudía al club tan sólo para tomarse una cerveza o mantener relaciones con alguna chica, así como la propietaria del burdel, Henar G.S, y las hermanas y "señoritas de compañía" Olga y María Belén L.P, esta última única de las tres que se ha declarado drogadicta y que ha asumido la propiedad, para su autoconsumo, de la droga intervenida en el establecimiento.

En su declaración, tanto la dueña del club como sus dos empleadas han aprovechado para denunciar que la entrada y registro en el mismo se produjo de forma ilegal, ya que los agentes no mostraron la autorización pertinente y permanecieron en su interior durante cinco horas hasta la llegada de la secretaria judicial, espacio de tiempo en el que, tal y como han asegurado, recorrieron no sólo dependencias públicas sino de carácter privado, entre ellas distintos dormitorios donde aparecieron la droga, más de 6.000 euros y una pistola de fogueo.

Precisamente, su abogado defensor, sin ningún éxito, ha planteado como cuestión previa el carácter ilegal del registro, ha denunciado la vulneración de derechos de sus tres clientas y ha solicitado la nulidad de actuaciones y, por consiguiente, el archivo de la causa contra ellas.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento