Acusada de acostarse con un menor se arrepiente, dice que estaba "ida y borracha" y que fue él quien lo inició

Fiscal pide más de 16 años de cárcel por delitos de abuso sexual, contra salud pública y exhibicionismo y provocación sexual
Acusada de haber mantenido en repetidas veces relaciones sexuales con un menor
Acusada de haber mantenido en repetidas veces relaciones sexuales con un menor
EUROPA PRESS
Acusada de haber mantenido en repetidas veces relaciones sexuales con un menor

La acusada de haber mantenido en repetidas veces relaciones sexuales con un joven de 14 años, con el que entabló una relación de amistad al ser residentes en su vecindad, ha confesado su arrepentimiento de los hechos, al tiempo que ha asegurado que sólo fue una vez y que esa noche estaba "ida y borracha".

En la primera sesión de la vista oral, que se celebra en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Murcia, la procesada, M.G.B., de 41 años y nacionalidad española, ha reconocido que lo hizo "mal", pero que se encontraba en un momento de su vida malo, sin trabajo, su padre con las dos piernas "cortadas" y su pareja fallecida como consecuencia de un accidente de moto.

"Sé que hice mal pero no sabía como acatarlo", ha manifestado la acusada, quien ha insistido en que esa noche tomó pastillas pero que la única que bebió fue ella y en ningún momento el menor, que fue "quien tomó la iniciativa y entró a consolarme".

Así, ha subrayado que no lo sedujo ni lo presionó aquella noche y que tras ese capítulo, en el que la acusada seguía consumiendo alcohol y continuaba estando "ida", no volvió a ocurrir, ya que se dio cuenta de que "eso no podía ser".

A pesar de que el menor continuaba visitándola, la procesada, a preguntas de la acusación particular, ha indicado que dormía en el sofá, nunca más en la habitación con ella, y que nunca le permitió beber con alcohol con ella porque en su casa no había, recordando después que tenía una única botella, en este caso de ron, que era la que utilizaba para emborracharse y que estaba "escondida", al convivir con ella sus dos hijos, también menores.

Igualmente, ha destacado que el menor le comentó que esperaría a cumplir los 18 años para irse con ella. "Nunca pensé que estuviera enamorado de mí, se acercaba a mí como protección porque me encontraba muy mal por el fallecimiento de mi ex pareja", ha expresado.

Otro día, el menor la llamó y le dijo que tenían que aclarar las cosas, a lo que ella contestó que ya estaban aclaradas. Simularon una boda en un bancal al que solían acudir, una idea que "surgió de él", y que fue sellada con dos anillos, algo que no le extrañó a la acusada porque los anillos "no eran brillantes" ni nada por el estilo.

"los menores se apoderaron de mi vida"

Precisamente, fue a raíz del fallecimiento de su ex pareja cuando la relación con el menor se intensificó. Anterior a que ocurriera el accidente de tráfico, en noviembre de 2009, la procesada y su pareja entablaron una relación de amistad con varios menores, con quienes compartían actividades diversas, como senderismo, e incluso les facilitaban la estancia y pernoctaba en su domicilio, autorizada por sus respectivas familias, una vez en semana.

Cuando falleció, en enero de 2010, el cuadro distímico depresivo de la acusada se agravó, según el escrito de conclusiones provisionales del Ministerio Fiscal, "sin causar, sin embargo, disminución alguna de su capacidad intelecto-volitiva".

En ese momento, la procesada ha admitido que se volcó en los menores y los menores en ella, mientras que la relación más estrecha que mantenía con el menor en cuestión la ha descrito como "el cuidarme a mí y a mi hija".

No obstante, ha desmentido, a preguntas del ministerio fiscal, que le mandara mensajes de amor, del tipo 'No puedo vivir sin ti, te quiero', al menor, al que nunca le incitó a que bebiera y tomara drogas, como hacía su ex pareja, a la que acompañaba el menor a comprar drogas.

"No consumía drogas, alguna vez podía fumarme un porro", ha resaltado la acusada, quien ha recordado que uno de aquellos días que tuvo muy malo los menores le sugirieron que se fumara un porro y que sabían dónde lo podía encontrar, a lo que accedió. En este sentido, ha incidido que fue ella quien se bajó del coche a comprar la sustancia y no los menores.

Durante el juicio, ha negado que dejara a los menores consumir drogas, ver películas pornográficas y consumir alcohol, "por lo menos cuando estaba yo allí", porque cuando estaba su ex pareja, antes de que falleciera, no sabía lo que ocurría.

Sin embargo, ha llamado la atención de que "llegó un momento, tras fallecer su ex pareja, en que se me escapó de las manos, hacían los que querían en mi casa y no se iban, el ordenador era suyo, el frigorífico era suyo". "Se habían apoderado de mi casa, de mi vida, de todo", lamenta la acusada, quien ha afirmado que intentó echar a uno de los menores y la madre de éste "por poco más y me mata".

Tras finalizar la comparecencia de la procesada y hacer un descanso, el juicio se ha reanudado con la declaración de seis menores, a puerta cerrada.

Relato de los hechos

Los hechos se remontan a noviembre de 2009 pero es partir de enero de 2010, cuando fallece la ex pareja de M.G.B cuando, con el ánimo de "mitigar su soledad y satisfacer sus necesidades afectivas", siguió invitando a los menores a acudir a su domicilio, en especial a uno de ellos, de 14 años en aquel momento, que era el que tenía una relación más cercana con su difunto marido.

Entre estos dos se entabló rápidamente, según el fiscal, "una relación de intensa amistad y confianza, análoga a la de dos personas mayores de edad, manteniendo desde entonces numerosas conversaciones a través de sus respectivos teléfonos móviles y viéndose con frecuencia, a solas o en compañía de terceros".

En este contexto, señala el escrito, la procesada, aprovechándose de la corta edad e inexperiencia del menor, de la imagen idealizada que se había formado de la procesada a lo largo de su relación, de la situación derivada de su amistad con el finado y de las circunstancias de su fallecimiento y la influencia, asimismo, de la ingesta de alcohol y de ciertas sustancias estupefacientes, "logró mantener repetidas veces relaciones sexuales completas con el menor, que llegó a persuadirse de que la procesada era su novia, lo que les llevó incluso a simular su boda".

La procesada también facilitó la entrada en el domicilio a otros menores, de 12, 13 y 14 años, a quienes compraba, según el fiscal, bebidas alcohólicas y facilitaba el acceso a diversas sustancias estupefacientes (hachís, marihuana y cocaína), que algunos de los menores compraban a encargo y a costa de la procesada y que consumían en su domicilio, e igualmente les exhibía películas pornográficas de diverso tono a los menores.

Finalmente, en marzo de 2010 los menores relataron estos hechos a sus padres, que pusieron los hechos en conocimiento de la Policía Nacional.

Para el fiscal, los hechos son constitutivos de un delito continuado de abuso sexual, por el que pide la pena de ocho años de prisión; delito contra la salud pública, por el que pide la misma pena y multa de 1.000 euros; y de exhibicionismo y provocación sexual, por el que pide ocho meses de cárcel. La suma de las indemnizaciones superan los 30.000 euros.

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