Los niños "se enfrentan a frecuentes operaciones militares, bombardeos, demoliciones de viviendas, puestos de control camino del colegio", indicó la responsable de protección a la infancia de UNICEF, Anne Grandjean.

"Como consecuencia de ello nos encontramos con una prevalencia alta de síntomas propios del estrés, como ansiendad, desórdenes alimenticios y de sueño y dificultades para concentrarse en la escuela", prosiguió.

"Todos estos síntomas deben afrontarse cuanto antes para evitar un impacto a largo plazo en el desarrollo de los niños", añadió.