Postales hechas con cáscaras de huevo, virutas de lápiz, suelas de zapato, semillas, mechones...

  • La finlandesa Riitta Ikonen utiliza las postales como un diario creativo capaz de comunicar mensajes con materiales y no con palabras.
  • Una exposición reúne ejemplos de sus envíos, que realiza con sombrillas de papel, brochas de pinceles, pescado seco, etiquetas de ropa...
  • La artista busca con el experimento devolver la cualidad tangible y física a la comunicación humana.
Una de las postales, ésta fabricada con gomas elásticas, de la artista finlandesa
Una de las postales, ésta fabricada con gomas elásticas, de la artista finlandesa
© Riitta Ikonen. Courtesy Christopher Henry Gallery
Una de las postales, ésta fabricada con gomas elásticas, de la artista finlandesa

Descubrir en el buzón sobres que no sean facturas, extractos bancarios o publicidad es poco menos que milagroso. Recibir una carta con la caligrafía personal del remitente, que el propósito del envío sea fomentar las relaciones personales, se ha reducido a las postales vacacionales y a las felicitaciones navideñas.

La finlandesa Riitta Ikonen, consciente del cambio de los tiempos, devuelve a la comunicación la cualidad tangible y física que está perdiendo. Con pequeños experimentos que lleva a cabo desde hace casi una década, la artista fabrica y envia tarjetas con elementos y materiales que la rodean en su vida diaria: los hilos de colores de un costurero, sombrillas de papel para adornar bebidas y helados, brochas de pinceles, una suela de zapato, cáscaras de huevo, confeti...

La galería Christopher Henry de Nueva York expone hasta el 7 de octubre Post (Correo), una muestra que recopila las inusuales creaciones postales con las que Ikonen quiere contrarrestar el intercambio de información impersonal que domina nuestras formas de comunicación.

Un giro a la correspondencia tradicional

A pesar de su interés en recuperar un elemento del pasado, le da un giro a la correspondencia tradicional. Su trabajo es una forma no escrita de comunicación gráfica, las postales funcionan como un diario creativo: para expresarse en la misiva, en lugar de escribir un mensaje, usa objetos. Los mechones de pelo, las etiquetas de ropa, los clips, los pescados secos, las semillas o las virutas de lápiz que convierte en envíos, dejan de ser elementos sin importancia para convertirse en relación humana.

Las cartas que expone la galería en Post son una selección de las que, entre 2004 y 2006, Ikonen dirigió a su amiga Margaret Huber, artista y profesora en la universidad de Brighton (Inglaterra), que también experimenta con la idea del diario visual y el aprovechamiento del material más corriente (como los billetes de metro) como soporte creativo. Huber recibió casi un centenar de los inusuales envíos creativos y, a pesar la heterodoxia —que tan mal se lleva con el servicio postal— sólo hubo tres que nunca le fueron entregados por los carteros.

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