El acusado por al accidente mortal de Tablada se declara inocente y dice no recordar nada

Policías locales ratifican que el acusado circulaba "como mínimo" a 98,25 km/h en una vía limitada a 50 y que "olía claramente a alcohol"

Javier S.R., el joven de 25 años de edad acusado de causar el día 30 de octubre de 2011 un accidente en la avenida Juan Pablo II de la capital hispalense en el que falleció una pareja de jóvenes, se ha declarado este viernes inocente de los cargos que se le imputan y ha asegurado que "no recuerda lo que ocurrió".

Tras suspenderse el pasado mes de julio por la incomparecencia de varios testigos, el Juzgado de lo Penal número 8 ha acogido esta mañana el juicio contra el acusado, para quien tanto la Fiscalía como la acusación particular que ejercen las familias de las víctimas han pedido cinco años de cárcel por un delito de conducción temeraria y dos de homicidio imprudente.

El acusado, que el pasado mes de julio salió en libertad provisional tras pasar casi nueve meses en prisión, ha relatado que la tarde anterior a los hechos se trasladó desde Coria del Río, su lugar de residencia, hasta Sevilla capital a fin de dar un paseo con unos amigos por el casco histórico, con los que tomó "alguna cerveza", aunque ha negado que tomara ninguna copa ni tampoco sustancias estupefacientes.

Tras este "paseo", y según su testimonio, volvió sobre las 21,00 horas del 29 de octubre a su casa en Coria y allí cenó con su familia, punto en el que ha vuelto a negar que ingiriera cantidad de vino alguna. "A partir de la cena, sólo recuerdo vagamente estar tumbado boca arriba en el suelo mientras era atendido por la ambulancia, y luego estar en el hospital mientras era atendido por médicos y enfermeros", ha indicado.

"no recuerdo haber llegado a sevilla"

"No recuerdo haber llegado a Sevilla", ha subrayado el imputado por el accidente mortal tras cuestionarle el abogado de la acusación particular, Manuel Parrilla, por este "olvido generalizado", añadiendo que, en la cárcel, le preguntó al psicólogo sobre la causa de esta falta de memoria, "pero me dijo que era cuestión de tiempo".

Además, ha señalado que, una vez en el hospital donde ingresó tras el siniestro, "me pusieron una vía" y "me desinfectaron la zona con alcohol".

En la vista oral, que ha quedado vista para sentencia, también han declarados dos testigos presenciales de los hechos, y en concreto la testigo que circulaba justo detrás del vehículo de las víctimas ha asegurado que estas iniciaron su marcha una vez su semáforo se puso en verde, por lo que el acusado "se saltó el semáforo", produciéndose entonces la colisión.

Según una testigo,

El imputado circulaba "a más de 100 KM/H"

Esta testigo ha aseverado que el imputado "iba rápido, a más de 100 kilómetros por hora", señalando que "escuchó el porrazo" y tras ello se acercó hasta el lugar de la colisión, no viendo en ese momento —además de a los accidentados— a ninguna otra persona allí, sino que "a los tres o cuatro minutos" aparecieron en el lugar familiares y amigos del varón fallecido.

El otro testigo presencial de los hechos, un ciudadano nigeriano identificado como E.O. que ha reconocido que conocía al conductor fallecido, ha relatado que la madrugada del día 30 de octubre de 2011 se encontraba parado en el semáforo ubicado en el cruce con la avenida Juan Pablo II y, justo en el momento en que su semáforo se puso en verde e iba a reanudar la marcha, "se cruzó con velocidad" por la avenida el Volkswagen Golf conducido por el detenido.

"Vi el golpe, el coche del acusado frenó pero ya era muy tarde", ha señalado este testigo, que ha asegurado que, tras la colisión, fue hasta el lugar de los hechos y pudo ver al encausado bajando de su coche "y echarse en la acera".

Sin huellas de frenado

En el juicio han declarado también los dos policías locales que llegaron inicialmente al sitio del accidente, quienes han ratificado que, tras inspeccionar este lugar, pudieron comprobar tras un examen "concienzudo" que no había huellas de frenado previas ni tampoco señales de que el acusado hubiera realizado maniobras evasivas "de ningún tipo".

Asimismo, han ratificado que la zona donde se produjo el siniestro tiene una visibilidad "perfecta", por lo que las luces de los semáforos "se ven perfectamente, mejor incluso de noche que de día", mientras que también han subrayado que el acusado circulaba a una velocidad "mínima" de 98,25 kilómetros por hora en una vía limitada a 50.

Los agentes incluso llegaron a recrear la situación circulando con su coche patrulla a esa misma velocidad por la zona del accidente, y han asegurado que "da miedo pensar que, en el momento en que estábamos pasando, saliera un coche, porque la colisión es bestial".

Además, y tras verificar que el turismo de las víctimas "llevaba puestas, al menos, las luces de posición", han relatado que, cuando accedieron al coche del imputado, pudieron comprobar que la palanca de cambios estaba en la quinta colocada en la quinta marcha.

El acusado confesó a la policía que había bebido "cinco copas"

Dos agentes de la Policía Local que se encargaron de custodiar al acusado en el hospital han dicho que el propio imputado, que estaba "muy conmocionado y aturdido", les relató que el día de los hechos "había cogido el coche, que iba a Coria y que se había tomado cuatro o cinco copas", una manifestación que pidieron al médico quedara por escrito. Asimismo, han manifestado que le fue extraída sangre y que está quedó en poder del hospital.

Igualmente, otro policía local que fue el primero en atender al acusado ha afirmado que éste "estaba tumbado en la acera" y "olía claramente a alcohol", a lo que se suma "que decía incoherencias", todo lo cual "son síntomas propios del consumo de alcohol". "Me dijo que venía de Coria, señalando donde no era, y que se dirigía a una discoteca", ha relatado.

Tanto la Fiscalía como la acusación particular han elevado a definitiva su petición para el acusado de cinco años de cárcel, el pago de una multa de 4.320 euros y la prohibición de conducir vehículos a motor y ciclomotores durante diez años por un delito de conducción

No obstante, han retirado las peticiones de indemnizaciones a los familiares de los fallecidos después de que la compañía de seguro hayan hecho frente a las mismas con anterioridad a la celebración de la vista oral. De su lado, la defensa del acusado, ejercida por el letrado Manuel Manzaneque, ha pedido su libre absolución.

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