Cada diseño único está pensado para ser lucido sobre el cuerpo. La obra en papel será destruida y su único dueño a partir de ese momento será quien la lleve en la piel.

Burning Ink (Tinta ardiente) es un proyecto itinerante que auna la exposición tradicional con el tatuaje. Tras pasar por París, Nueva York, Berlín y Londres, la iniciativa llega a Madrid, con creaciones de artistas de varios países listas para ser tatuadas.

La sala The Wall (Corredera baja de San Pablo, 47. Madrid) es la encargada de exponer hasta el día 27 de septiembre una colección de trabajos de diseñadores gráficos e ilustradores españoles y de Francia, el Reino Unido, México, Estados Unidos y Rusia. Los organizadores de la muestra ofrecen la posibilidad de que los asistentes puedan, tras su compra, grabarse en la piel cualquiera de las obras en un salón de tatuajes cercano al local.

Son dibujos exclusivos para la muestra. En la iniciativa, patrocinada por la marca de zapatillas DC, participan autores españoles como Ramón San Miquel o Manuel Donada. Entre las figuras internacionales están el francés Timothee Talard, el estadounidense Dave Kinsey y el inglés Marke Newton.

El último día de la exposición, en una ceremonia de clausura, los originales se quemarán con la garantía de que sólo quedará el tatuaje para dar testimonio de su existencia.