El Colegio de Ópticos Optometristas de la Comunitat Valenciana (COOCV) ha advertido este viernes de que los problemas visuales están detrás de uno de cada tres fracasos escolares y ha destacado en un comunicado que el comienzo del curso es el "momento ideal" para que los estudiantes acudan a realizarse una revisión visual y ocular.

En este sentido, la entidad ha apuntado que la vuelta al colegio "supone un gran esfuerzo para los ojos de los más pequeños, ya que tienen que enfrentarse a numerosas horas de clase". Sin embargo, ha considerado que son "muchos los alumnos que no pueden ver bien la pizarra, ni leer y estudiar cómodamente por problemas visuales no detectados, con el consiguiente lastre para su aprendizaje".

Así, ha señalado que son "numerosos" los estudios que revelan que hasta un 30 por ciento de los fracasos escolares pueden tener su origen en problemas de visión no detectados. Por ello, desde el Colegio de Ópticos Optometristas de la Comunitat Valenciana se recomienda que a partir de los cuatro años, los niños acudan al menos una vez al año a un profesional de la visión óptico-optometrista para realizarse una revisión visual y ocular, aunque no manifiesten síntomas de mala visión.

Según la entidad, a pesar de los datos de fracaso escolar y las continuas recomendaciones de los ópticos optometristas, un reciente estudio realizado por la Fundación Visión y Vida señala que sólo un 27,7 por ciento de las revisiones que se realizan en España son a niños de entre cinco y diez años.

Para Vicente Roda, presidente del COOCV, "las anomalías visuales como la miopía, la hipermetropía. la ambliopía o el astigmatismo no se curan, son defectos funcionales de la visión, por lo que su incidencia no sólo no disminuye, sino que se ve acrecentada por el progresivo aumento de la escolarización".

Además, según Vicente Roda, "el estilo de vida de los más pequeños está haciendo que aumente el número de miopes, debido al tiempo que se dedica a las actividades de cerca, como ver la televisión, estar delante de la pantalla del ordenador o jugar a la videoconsola".

Signos de alerta

El COOCV ha recalcado que hay una serie de signos que indican que el niño puede tener problemas visuales y es "fundamental el papel de los padres y profesores para detectarlos a tiempo". Entre estas señales destacan síntomas como escozor en los ojos, lagrimeo excesivo, parpadeo constante, sensibilidad excesiva a la luz o mala postura del cuerpo o de la cabeza cuando se lee.

También los dolores de cabeza, durante o después de las actividades realizadas en visión de cerca, son síntomas habituales de niños con un problema visual. Además, los niños con problemas visuales no detectados "se caracterizan por su bajo rendimiento académico, les cuesta hacer los deberes, sacan malas notas y en muchos casos son definidos por sus padres y educadores como poco trabajadores".

La entidad ha subrayado la importancia de una correcta ergonomía visual durante el estudio, tanto en la postura del cuerpo, iluminación, posición de la mesa y la silla; así como no disponer solamente de estímulos visuales próximos, por lo que las ventanas de las aulas y de los habitaciones donde los alumnos estudian han de ser amplias para que puedan mirar por ellas, además de proporcionar luz natural, que debe verse complementada por fuentes de luz artificial para que la iluminación sea lo más uniforme posible.

También es deseable que los alumnos no se sienten siempre en el mismo sitio, ya que variando su posición en el aula se varía la distancia y el ángulo de visión de los objetos. Esto puede permitir detectar problemas visuales en estado inicial, ya que un miope leve puede ver perfectamente la pizarra si se sienta cerca, pero su visión será peor si se coloca lejos.