Una neblina que huele como a yeso inunda la estación de Cartagena.

En el andén se oye un repiqueteo de martillos y hay cables a la vista en techos y paredes. Pero la incomodidad de las obras queda eclipsada cuando uno de los nuevos trenes de la serie 9000 (los más modernos) hace su aparición. "¡Son más bonitos!", suelta Raquel Brea, viajera de 11 años. La Línea 7 (270.000 viajeros al día) reabrió ayer entre luces (convoyes más cómodos y seguros) y sombras (cinco estaciones sin rematar).

Trenes: Lo mejor: amplios, cómodos y accesibles.

Estaciones: Metro aprovechó el cierre de la L-7 en verano (para adaptarse a la serie 9000) para iniciar mejoras en las estaciones de Cartagena, Parque Avenidas, Ga Noblejas, Ascao, San Blas, Barrio de la Concepción, Simancas y Las Musas.

En las cinco primeras, las obras no estarán rematadas hasta final de año.

Limpieza: Deficiente en las paradas en obras. Ayer había polvo en el suelo y asientos.

Seguridad: Los 9000 tienen las medidas de seguridad más avanzadas. Según UGT, las estaciones en obras podrían no ser seguras, ya que "han abierto sin evaluación de riesgos".

Metro rechazó esta acusación y afirmó que un comité de seguridad y salud supervisa cuanto se hace.

Julia Aguilar, estudiante de 35 años. "Lo mejor de los nuevos trenes es su funcionalidad: como son más amplios, en ellos cabe más gente y resultan menos agobiantes. Pero sí echo en falta algunas mejoras en las estaciones".

Emiliano Fulgencio, abogado de 40 años. "Los trenes han hecho hoy [por ayer] algunas paradas de más. Además, hay estaciones que están sin terminar. Sin embargo, los vagones están bien, son más modernos. Mi balance es, regular".

Pilar Iglesias, aux. enfermería de 39 años. "A primera hora no me fiaba mucho, así que fui a trabajar dando un rodeo en vez de utilizar el camino más corto, que era coger la Línea 7. Pero luego la he usado y me parece bien: los trenes son mejores".