El autor de la matanza del cine de Aurora (Denver, Colorado) tenía sus facultades mentales perturbadas, tanto que su psiquiatra, Lynne Fenton, rompió su secreto profesional y alertó a la policía sobre el peligro que suponía su paciente. Así lo revela en exclusiva la cadena estadounidense ABC News.
James Holmes, de 24 años, supuesto autor del tiroteo durante el estreno de El caballero oscuro: La leyenda renace, en el que murieron 12 personas y resultaron heridas 58, acudía a terapia con Fenton, quien, alarmada por los signos de desequilibrio de su paciente, decidió romper su compromiso de confidencialidad con él y dar parte a la policía semanas antes de que sucediera la masacre. Al parecer Fenton también comentó el caso con algunos otros colegas.
El agente con el que Fenton se entrevistó ya ha sido interrogado sobre este asunto, pero no ha trascendido nada, ni se sabe qué pasó después de que la psiquiatra avisara a la policía, ya que el juez que lleva el caso ha decretado el secreto de sumario.
Según las leyes de Colorado, los psiquiatras pueden informar sobre sus pacientes cuando concurren circunstancias extraordinarias que comprometen la integridad de otras personas; también cuando un juez así lo requiere durante un juicio.
Holmes ya ha comparecido ante el juez en dos ocasiones. En la primera de ellas, transmitida en directo por las principales cadenas de televisión de EEUU, apareció con la mirada ausente y el pelo teñido de naranja, ajeno a lo que sucedía en la sala.
En la segunda, se leyeron los cargos contra él. Holmes fue acusado de 24 cargos de homicidio y 116 de tentativa de homicidio. Además fue acusado de posesión de explosivos, por la compleja trampa con bombas que instaló en su apartamento.
De ser declarado culpable, podría ser condenado a cadena perpetua sin la posibilidad de libertad condicional, aunque la fiscalía puede pedir la pena de muerte si encuentra que hubo premeditación en el ataque del pasado 20 de julio.
Una masacre
Pertrechado con máscara de gas y protección antibalas, James Holmes irrumpió la madrugada del 20 de julio en un cine mientras se proyectaba el estreno de la última entrega de Batman y la emprendió a tiros y bombas de gas lacrimógeno con el público.
Artificieros y varios equipos federales y estatales dedicaron más de 24 horas tras la matanza a desactivar el "inteligente" entramado de cables y explosivos de Holmes, que según la policía de Aurora "estaba diseñado para matar".
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