Y así ha sido. El caso del pentapléjico Jorge León, hallado muerto en su piso el 4 de mayo –sin signos de violencia y desconectado del respirador automático que le mantenía con vida– ha sido archivado provisionalmente, ya que la juez del caso no ha imputado su muerte a nadie. En su auto, asegura que los hechos pueden ser un delito, pero sin embargo «no existen motivos para atribuir su perpetración a alguien». Jorge León sólo podía mover los labios tras un accidente doméstico que hace seis años le dejó en una silla de ruedas y había mostrado su deseo de morir. El presidente de la Asociación para la Defensa e Integración de Accidentados, Francisco Canes, considera «lógica» la decisión judicial y auguró que se van a producir más casos como éste.