Su título es engañoso, pues más que una radiografía de ese fenómeno, que llena las portadas de los periódicos, propone una reflexión sobre la violencia y el miedo que anida en todos nosotros. Para Oleg y Vladimir Presniakov, el grito aparentemente intrascendente con el que alguien intimida a su pareja, o al conductor que pasa junto a él, está en último término unido, por hilos invisibles, con otras formas de violencia más extremas.
Ni rastro de los terroristas
En el escenario no hay por tanto ni víctimas ni verdugos, ni tampoco terroristas, y sí muchas preguntas. La obra, estructurada en seis escenas independientes, está interpretada por el elenco de la Abadía (8 actores dando vida a 22 personajes) y dirigida por Carlos Aladro, recientemente galardonado con el premio José Luis Alonso 2004 para jóvenes directores.
Por los coloristas y evocadores espacios que dibuja la escenógrafa Ana Garay transcurren dos amantes adúlteros, dos abuelas que charlan en un parque, dos oficinistas que se enfrentan a su jefe, un hombre que va a coger el avión... Y, en el interior de todos ellos, late incansable el germen del terrorismo.
* Teatro de la Abadía. Tel.: 914 481 181. Precio: 19 euros.
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