Unos 650.000 andaluces se movilizaron para contactar con sus ayuntamientos y transmitir sus inquietudes en 2010: el 60 por ciento lo hizo motivado por problemas personales o de su familia, frente al 40 por ciento que lo hizo por problemas relacionados con su barrio o municipio. Así se desprende del estudio basado en datos procedentes de la Encuesta sobre la Realidad Social en Andalucía realizada en 2011 'El contacto de la ciudadanía con los ayuntamientos como forma de participación política en Andalucía', publicado por el Centro de Estudios Andaluces en el número 64 de la Colección Actualidad.

Según se indica en nota de prensa, para los investigadores responsables de este nuevo informe, Clemente J. Navarro y Cristina Mateos Mora, del Observatorio del Gobierno Local del Centro de Estudios Andaluces, "no se trata de una actividad participativa residual, sino de un instrumento por el que se canaliza un volumen considerable de demandas hacia los gobiernos y las administraciones municipales, al tiempo que estas demandas concretas aportan información específica a las autoridades públicas sobre la existencia de necesidades o sobre cómo mejorar servicios que ya tienden".

El informe trata de argumentar la necesidad de estudiar esta forma de participación política basada en el contacto y las relaciones de confianza, comparándola con otras modalidades clásicas de participación en el ámbito local (como el asociacionismo y la participación en protestas colectivas); y analizar el perfil social de los sujetos de estas iniciativas: recursos, hábitat, actitudes políticas y problemas percibidos.

En este sentido, el contacto es la modalidad de participación elegida por un diez por ciento de los encuestados. Aunque se prefiere, por este orden, colaborar en una asociación, suscribir una petición colectiva, participar en una manifestación o en un foro en Internet, es una opción más común que militar o colaborar en un partido político. Asimismo, el contacto es más habitual entre los habitantes de los pueblos (13%) que entre los que viven en ciudades medias y, sobre todo, en grandes ciudades (9% y 3%, respectivamente).

El perfil de los ciudadanos que optan por esta modalidad de participación se sitúa en edades intermedias, suelen ser más varones que mujeres, trabajadores activos, y al ser preguntados, consideran que en su hogar tienen dificultades para llegar a fin de mes.

Aunque en comparación con otras modalidades de participación, prima el interés por la política local, el contacto se motiva, sobre todo, por el descontento respecto a los servicios, mientras que la protesta colectiva (manifestaciones) lo hace de la desconfianza hacia los políticos y el asociacionismo se relaciona con la confianza institucional.

Motivo del contacto

¿Cuáles son los problemas más frecuentes que se mencionan? Para la mayoría de los entrevistados el principal problema que existe en el municipio es el desempleo (68.1%); seguido en importancia por la situación económica (13,4%); la clase política (8,7%); y otros diversos ligados a la pobreza, la vivienda o la sanidad, el estado de las calles, la suciedad, los ruidos o problemas relativos a la movilidad.

Al ser cuestionados por "problemas cercanos", referidos a su barrio o vecindario, destacan la existencia de pocas zonas verdes o en mal estado (35%); problemas de tráfico y en las comunicaciones proporcionadas por el transporte público (35%); así como la limpieza en las calles (33%). Le siguen otros asuntos ligados a servicios personales como la falta de servicios y actividades para mayores y menores o la escasez de instalaciones culturales y deportivas, el ruido en la calle y la inseguridad ciudadana, entre otros.

A diferencia de otras vías participativas, el contacto depende mucho del esfuerzo y de la motivación personal, y por tanto, "su fomento enfrenta retos diferentes, sobre todo en los municipios de mayor tamaño, donde es más costoso acercarse al ayuntamiento".