Mientras reparten los trípticos informativos, comentan: «La gente suele reaccionar bien y la mayoría se alegra de que le demos las bolsas». Sin embargo, siempre hay excepciones: «Fuimos a hablar con una señora que no recogió la caca de su perro y nos preguntó que para qué estaban los barrenderos. Le contestamos que para recoger las deposiciones de su perro, no», explica Manuela.

Por su parte, Alexander, un viandante italiano que atiende a las chicas junto a su perro (en la imagen), comenta: «Todo lo que sirva para concienciar me parece bien. En Italia, las multas por no recoger los excrementos de tu perro son de 500 euros».

Por detrás quedan cinco meses en los que estas mujeres han repartido un total de 3.000 kits con rollos de bolsas para recoger cacas que se acoplan a la correa del perro.