El subdelegado del Gobierno en Valladolid, José Antonio Martínez Bermejo, y el director del Centro Penitenciario, Carlos Blanco, han entregado este lunes los diplomas acreditativos a los participantes en la última edición del Programa Reincorpora, promovido por la Obra Social La Caixa, y que ha formado en tareas de limpieza profesional a doce reclusos, de los cuales cuatro ya han encontrado trabajo.

Se trata, según han explicado, de un programa formativo abierto a reclusos que se encontraban internos en el Centro de Inserción Social (CIS) Máximo Casado, que supone un paso previo a la libertad, pues los usuarios del mismo compatibilizan el régimen de tercer o segundo grado de reclusión con trabajos en el exterior o actividades formativas.

El curso de Limpieza de Superficies y mobiliario de edificios y locales, como parte del programa de formación y reincorporación a la sociedad promovido por La Caixa y ha sido impartido por la fundación Foremcyl con la colaboración de diversas empresas e instituciones vallisoletanas como Fundación Rondilla, Grupo Lince Asprona, Procomar o la Asociación El Puente.

Como han explicado el responsable de Instituciones de La Caixa, Gerardo Revilla, y el subdelegado del Gobierno, "está bien" que las obras sociales de las cajas promocionen actividades culturales y de exposiciones "más visibles" para la sociedad, pero que también es bueno aportar formación para personas reclusas "como cualquier otro ciudadano".

Martínez Bermejo ha subrayado que, en su caso, el trabajo da la opción de que puedan integrarse "más fácilmente" en la sociedad que les espera cuando queden en libertad. "Se demuestra que esto es bueno y el Gobierno de España está orgulloso de casos y programas como éste", ha añadido.

De hecho, se ha destacado que en el acto sólo han estado presentes ocho de los 12 reclusos que han finalizado el programa Reincorpora porque cuatro de ellos ya han encontrado trabajo fuera del CIS. "Ojalá en un tiempo podamos decir que todos estáis trabajando", ha apuntado Revilla.

Además, como ha explicado el director del Centro Penitenciario de Villanubla, los participantes han recibido formación en habilidades sociales, lo que les ha permitido obtener, además del diploma del curso, un certificado de profesionalidad que les puede facilitar el acceso a los puestos de trabajo.

A este respecto, una de las formadoras de la Fundación Rondilla, María Isabel Merino, ha subrayado que las empresas en las que los reclusos han realizado prácticas no laborales están "satisfechas" y que incluso les tendrán en cuenta para futuras ofertas de trabajo.

El curso se inició el 4 de junio con 250 horas de duración que incluyen 170 de formación teórica práctica en Foremcyl con el objetivo de capacitar y mejorar el nivel de trabajo. También han llevado a cabo un servicio a la sociedad con charlas que han dado a grupos de mujeres inmigrantes, personas discapacitadas, y jóvenes que participan en actividades formativas de la Fundación El Puente.

Las 80 horas restantes del curso se destinaron a prácticas en empresa en empresas como la residencia Parque Alameda, residencia AMMA Encinar del Rey, residencia Sanyres y residencia El Castillo.

Además de esta actividad centrada en la limpieza, Reincorpora tiene en marcha actualmente otro curso de actividades auxiliares de almacén, en el que participan 15 internos y finalizará el próximo 30 de agosto.

Internos en la fase final de sus condenas

Los participantes en el curso son internos del CIS Máximo Casado, que se inauguró en febrero de 2011, y al que llegan procedentes de la prisión de Villanubla bien cuando son clasificados en tercer grado —al que se accede ya sea para trabajar, realizar cursos de formación, tratamiento o cuidado de hijos— o porque, estando clasificados en segundo grado, la Junta de Tratamiento les aplica el reglamento para permitirles salir al exterior a realizar este curso.

El centro, que supuso una inversión de 7,9 millones de euros, tiene capacidad para albergar a 200 internos —99 habitaciones dobles y dos para personas de movilidad reducida— y actualmente cuenta con 55 plazas ocupadas. Seis de ellos son mujeres, y 22 salen a diario a trabajar en el exterior, tres desempeñan un destino remunerado, otros tres trabajan en un taller de fabricación de bolsos dentro del centro, y 19 participan en los dos cursos de formación Reincorpora.

El CIS surgió para favorecer el proceso de reinserción mediante la reducción de los controles sobre los penados, con horarios en función de sus necesidades, ya sean laborales, familiares o formativas. El centro cuenta con una plantilla formada por una psicóloga, una trabajadora social, dos coordinadores de servicios, un jefe de oficina, cinco encargados de Departamento Interior y diez funcionarios.

Además de la zona de habitaciones, las instalaciones cuentan con una sala de ordenadores, biblioteca, gimnasio, pista deportiva al aire libre, comedor, zona con máquinas de café y refrescos y aulas para iniciativas formativas.