A uno de los trabajadores le golpeó con una cachaba y al otro le colocó un cutter en el cuello

El autor, que se declaró inocente, alegó que hay muchos gitanos en el barrio que se le parecen, entre ellos alguno de sus cinco hermanos

El Juzgado de lo Penal número 4 de Valladolid ha impuesto un total de cinco años y medio de prisión a un vecino del barrio de España, José Emilio F.V, por dos robos con violencia cometidos en 2007 y 2010 sobre dos repartidores de pizzas a los que, en el primer caso, abordó armado con una cachaba y, en el segundo, provisto de un cutter que puso en el cuello a su víctima.

En su fallo, la juzgadora ha hallado culpable al imputado de sendos delitos de robo con violencia e intimidación, el segundo de ellos, además, agravado por el uso de instrumento peligroso, de ahí que por el primero haya resuelto imponerle dos años de cárcel y por el otro tres años y seis meses—Fiscalía había pedido un total de siete años y medio y la defensa la libre absolución—, junto con la obligación, en concepto de responsabilidad civil, de abonar indemnizaciones que suman 255 euros, según informaron a Europa Press fuentes jurídicas.

Durante el juicio, el ahora condenado, José Emilio F.V, de 25 años, se limitó a negar la autoría del doble asalto y advirtió de que las víctimas pudieron identificarle por equivocación en las ruedas de reconocimiento ya que, como así alegó, en el barrio de España hay muchos gitanos de sus características físicas e incluso tiene otros cinco hermanos y alguno se le parece mucho.

Pese a ello, la juez, basada fundamentalmente en el testimonio aportado por las víctimas, estimó probado que en la madrugada del día 29 de mayo de 2007 el procesado, de común acuerdo con otras personas no identificadas, llamó al servicio de Pizza Móvil y realizó un pedido a servir en el número 38 de la calle Monegros.

Una vez allí el repartidor, el condenado blandió una cachaba y le exigió tanto el pedido como el dinero que llevaba, y ante la negativa de éste llegó a golpearle, tras lo cual logró apoderarse de las pizzas y de la bolsa térmica que llevaba, valorada en 67,50 euros.

Casi dos años después, sobre las 22.30 horas del día 27 de febrero de 2010, José Emilio F.V, abordó a otro repartidor, en este caso de Telepizza, en el ascensor de un edificio situado en los números 1 y 3 de la calle Santa Clara.

La víctima, que acababa de servir un pedido, fue conminada por el condenado, tras colocarle la cuchilla de un cutter en el cuello, a que le hiciera entrega del dinero que portaba, en total 188,10 euros, cantidad que el repartidor, según normas de la empresa, tuvo luego que abonar de su propio bolsillo a Telepizza.