Fotos cenitales que convierten las habitaciones en maquetas

  • El fotógrafo alemán Menno Aden coloca la cámara en el centro geométrico de cualquier estancia y retrata el lugar desde ese punto de vista.
  • El resultado altera radicalmente las dimensiones y hace que los lugares parezcan composiciones simétricas, abstracciones o miniaturas.
  • El artista pretende promover una reflexión sobre la vigilancia de la vida privada.
Una de las fotos cenitales de Menno Aden
Una de las fotos cenitales de Menno Aden
Menno Aden
Una de las fotos cenitales de Menno Aden

Cualquier fotografía reduce la escena retratada a dos dimensiones, elimina el fondo y aplana, al menos en cierta medida, la realidad. Los fotógrafos tienden a evitar ese efecto mediante empleando la profundidad de campo, la perspectiva, el ángulo, las líneas dominantes, los puntos de fuga y otras reglas más o menos variables de composición.

El fotógrafo alemán Menno Aden (Weener, 1972) ha decidido eliminar casi por completo toda referencia al fondo y reducir al máximo el carácter bidimensional de las fotos. Su serie Raumportraits (Retratos de habitaciones) consigue el objetivo.

Punto de vista poco empleado

Especializado en fotos de arquitectura —su serie Paralell Homes (Hogares paralelos) obtuvo un premio continental en 2009—, Aden ha optado por colocar la cámara en un punto de vista pocas veces empleado: el centro geométrico de habitaciones, locales públicos, cuartos, refugios, garajes y otras estancias. Las imágenes son absolutamente cenitales y, con ayuda de una lente angular, producen un efecto espectacular.

En primer lugar, los retratos de cuartos carecen de la objetividad que estamos acostumbrados a pedir a la fotografía realista. Las fotografías adquieren el aspecto de montajes escultóricos, ensamblajes o formas abstractas. Sólo tras una más detenida visión logra el espectador colocarse en el ángulo de visión desde el que está realizada la foto.

"Han perdido todo tipo de realismo"

Cambiando de manera tan radical la forma natural de ver, Aden presenta los ambientes interiores "en una forma plana de dos dimensiones, como un modelo a escala", logrando que cada imagen tenga categoría de "abstracción". Instalando la cámara en el techo y haciendo tomas cenitales hacia abajo, el resultado da lugar a "composiciones simétricas que parecen ensambladas y han perdido todo tipo de realismo".

El fotógrafo, que vive y trabaja en Berlín, también pretende mover al espectador hacia una reflexion sobre la "ubicuidad de las cámaras como observadoras" al mostrar una nueva forma de presentar "hogares privados y refugios secretos". El fotógrafo quiere utilizar la noción de vigilancia como una "indirecta hacia la sociedad del voyeurismo que la cultura popular ha convertido en dominante".

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