Diputación de Valladolid edita un libro sobre el gran escultor vallisoletano del siglo XVII Alejandro Carnicero

El presidente de la Diputación de Valladolid, Jesús Julio Carnero, ha presentado este lunes la publicación 'El escultor Alejandro Carnicero, entre Valladolid y la Corte (1693-1756') de la colección institucional de Escultura escrito por la doctora en Escultura Virginia Albarrán Martín.
Virgina Albarrán (I), Carnero Y Jesús Urrea (D)
Virgina Albarrán (I), Carnero Y Jesús Urrea (D)
DIP. VALLADOLID
Virgina Albarrán (I), Carnero Y Jesús Urrea (D)

El presidente de la Diputación de Valladolid, Jesús Julio Carnero, ha presentado este lunes la publicación 'El escultor Alejandro Carnicero, entre Valladolid y la Corte (1693-1756') de la colección institucional de Escultura escrito por la doctora en Escultura Virginia Albarrán Martín.

A comienzos de 1743 ya se conocía en la corte madrileña que el vallisoletano Alejandro Carnicero era el escultor más acreditado de la provincia de Salamanca, aunque aún no había realizado algunas de sus obras más significativas como las del órgano de la Catedral de León, relieves de la sillería del coro del monasterio jerónimo de Guadalupe o los conjuntos de los retablos mayor de la Catedral de Coria y del Retablo de las Reliquias de la Catedral de Plasencia.

Estas y otras anteriores como su trabajo en la sillería catedralicia de Salamanca o el San Miguel Arcángel para Nava del Rey en Valladolid difundieron su prestigio por buena parte del país, alcanzando su mayor reconocimiento, al servicio del monarca, al encargarle la decoración escultórica del Palacio Real Nuevo.

Esta obra es un trabajo de reconstrucción de la biografía humana y artística de Alejandro Carnicero, necesario para conocer al escultor más importante del área de influencia castellana durante la cuarta y quinta décadas del siglo, y el contexto artístico en el que se desenvolvió.

Alejandro Carnicero, de origen vallisoletano, es prácticamente un desconocido en la tierra que lo vio nacer, Íscar, el 17 de junio de 1693, lugar del que era natural su familia materna, mientras que su padre procedía de Portillo. Su formación y posterior colaboración junto a los Churriguera, y su temprano establecimiento en la ciudad del Tormes, donde transcurrió la mayor parte de su vida, lo han asociado desde el primer momento a la escuela escultórica salmantina, de la que, en sus años de madurez, llegará a ser su representante más destacado.

Fue un escultor versátil que dominó la talla en piedra, en madera y que practicó el grabado a buril. Estuvo continuamente preocupado por el reconocimiento de la liberalidad de su profesión, fundó en Salamanca en 1727 la Congregación de San Lucas Evangelista, dedicada a la defensa de los privilegios de los artistas.

La autora de este libro, Virginia Albarrán Martín, es profesora asociada en el Departamento de Historia del Arte Moderno de la Universidad Complutense de Madrid desde noviembre de 2010. Obtuvo su doctorado sobre escultura española del siglo XVIII, en el Departamento de Historia Moderna de la Universidad Complutense.

Igualmente es colaboradora en el Área de Pintura del siglo XVIII y Goya del Museo Nacional del Prado.

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