Las estatuas de la Rambla se ven obligadas al pluriempleo

  • Los artistas callejeros, sobre todo con el cambio forzado de ubicación, deben realizar otros trabajos para poder subsistir.
  • Ahora se sitúan entre el Frontón Colón y el Arts Santa Mònica.
Estatua humana en la Rambla de Barcelona.
Estatua humana en la Rambla de Barcelona.
EFE
Estatua humana en la Rambla de Barcelona.

A finales de la década de los 80, la formación Radio Futura cantaba La negra flor, tributo a una de las mujeres que ejercía la prostitución en la zona baja de La Rambla. Pero eso era en el siglo pasado. En la actualidad, ese emplazamiento del mítico paseo barcelonés está ocupado por una expresión artística. Allí, entre el Frontón Colón y el Arts Santa Mònica, se sitúan desde hace pocos días las míticas estatuas humanas. 

Galileo, el sombrerero loco, Alien el octavo pasajero, Julio César, el hombre del viento, el equilibrista... Y así, hasta un total de 27 personajes convertidos en estatuas y que reparten su representación en dos turnos —uno de mañana y otro de tarde— conviven en este nuevo emplazamiento, que tras los primeros días, sigue sin gustarles. Antes, todos ellos se ubicaban en la zona central de la Rambla. "Era de mucho más paso. Por ahí circulaban muchos turistas, pero también los clientes del Mercat de la Boqueria, la gente que va hacia la Plaça Reial o al Liceu", se lamentaba Walter San Joaquín, cuya figura es la de Quijote y Rocinante.

En la parte baja de La Rambla han podido comprobar que hace viento, hay mucho ruido y no tienen baños cerca. El sol, además, les da en plena cara. Factores  que dificultan aún más el hecho de lucir (y mantener en perfecto estado) sus artificiosos maquillajes y pesados vestuarios.

No da para vivir

"Ahora pasea gente porque es verano... Pero en invierno, ya veremos", se quejaba Piedad, despojada de su personaje de Galáctica. La consecuencia es que la gran mayoría de estos artistas callejeros no se dedican en exclusiva a hacer de figura en La Rambla. Lo deben combinar con otros trabajos, porque en el paseo barcelonés no logran lo suficiente para vivir.

Es el caso, por ejemplo, de Piedad, quien además de interpretar a Galáctica, es profesora de danza del vientre. "Si no te mueves, no se vive", asegura. E insiste en la necesidad de hacer otras cosas además de estar en La Rambla. "Si no, corres el riesgo de volverte loco, tantas horas con el mismo personaje ha afectado a muchos de sus intérpretes", asegura.

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