El Teniente Coronel Jefe de Operaciones de la Guardia Civil de Cantabria, Juan Airas, se reunió este miércoles en la Casa de Cultura de Santoña con hosteleros de este municipio y otros limítrofes, para impartir una charla-coloquio con el objetivo principal de aumentar la seguridad en los establecimientos de hostelería, informándoles de las medidas policiales que se están tomando así como que medidas se deben tomar desde los empresarios.

Este acto contó con la presencia de la alcaldesa de Santoña, Milagro; y el alcalde de Bareyo, Juan José Berratabueña.

El encuentro es fruto de una reunión mantenida entre el Delegado del Gobierno en Cantabria, Samuel Ruiz, y el presidente de la Asociación de Hostelería de Cantabria, Emérito Astuy, adoptándose entre otras medidas que las Fuerzas de Seguridad del Estado mantuvieran reuniones que el gremio de la hostelería con el objetivo de mejorar la seguridad de sus establecimientos.

A la reunión le seguirá otra mañana jueves 14 en la Casa de Cultura Doctor Velasco de Laredo, el martes 19 de junio en el Salón de Actos de la Biblioteca Municipal de San Vicente de la Barquera y el martes 26 en el Salón de Actos de la Torre de Don Borja en Santillana del Mar, todas ellas a las 18.00 horas.

Aumento de delitos

El Teniente Coronel Airas comenzó su exposición poniendo de manifiesto que se ha detectado en lo que va de año un aumento de los delitos contra los intereses de los hosteleros, suponiendo estos hechos el 10 % del total de los delitos conocidos contra el patrimonio.

Airas explicó que este aumento en gran medida es debido a que el delincuente que otros años perpetraba robos en obras en construcción, al disminuir notablemente las mismas, se ha tenido que "especializar" en otras modalidades delictivas.

En la demarcación de la Guardia Civil de Cantabria (toda la Comunidad a excepción de Santander y Torrelavega) existen más de 4.800 establecimientos hosteleros, la mayor parte de ellos bares y cafeterías, con una gran dispersión, lo que hace difícil una vigilancia personalizada.

De los estudios realizados por la Guardia Civil se desprende que la zona oriental y centro de Cantabria son las que están sufriendo un mayor número de robos en establecimientos hosteleros, afirmando Airas que están siendo de especial interés para los servicios de seguridad ciudadana en prevención de los hechos delictivos contra el patrimonio.

Estas medidas están dando sus frutos con las detenciones de un grupo organizado que actuaba principalmente en Castro Urdiales y que había cometido 39 hechos delictivos, algunos de ellos sobre bares, a los autores de al menos 14 robos a establecimientos hosteleros en la zona oriental y centro de Cantabria, al autor de 5 robos al mismo bar de los Corrales de Buelna, entre otros servicios.

Seguridad pasiva

El Teniente Coronel informó que la gran mayoría de los hechos contra la hostelería están siendo robos con fuerza siendo prácticamente nula la presencia de violencia sobre las personas.

Estos robos los perpetran mediante realización de butrones (desde edificios colindantes, paredes al exterior que dan a zonas poco transitadas y carentes de iluminación, desde tejados), forzamientos y fracturas de puertas y ventanas, alucinares, forzamientos de máquinas registrados y tragaperras.

También se han detectado casos de "picaresca" para manipular las máquinas tragaperras y que devolvieran todas las monedas como si hubiera tocado un premio.

Airas recordó diferentes medidas pasivas para evitar ser víctima de un robo, como son una buena iluminación dentro y fuera del negocio, manteniendo la iluminación durante la noche, dejar ventanas y puertas libres de carteles u otros objetos que dificulten la visión desde el exterior del establecimiento, así como buena iluminación de callejones, patios traseros, todo ello como medida "disuasoria" y para que las fuerzas de seguridad o los ciudadanos puedan ver si hay alguien sospechoso en el lugar.

Otras medidas eficaces son la colocación de rejas tipo trenzado más difíciles de atacar, de bolardos ante alunizaje, detectores de presencia, alarmas y sistemas para dificultar la apertura de las máquinas tragaperras.

En cuanto a los empleados, se recomienda mantenerlos informados de las diferentes modalidades de hurtos y novedades de seguridad, que sean de confianza y modificación de contraseñas de seguridad del negocio ante conflictos con algún empleado.

Otros consejos que se impartieron fueron que las cajas registradoras tengan el mínimo de dinero, depositando las recaudaciones frecuentemente en las entidades bancarias en diferentes horarios, evitando rutinas y zonas poco transitadas, y realizarlo con la mayor confidencialidad.

Las cajas deben de estar bien iluminadas y antes de cerrar el local dejarlas abiertas, a la vista y vacías para evitar destrozos inútiles.

Esta misma recomendación es para las máquinas recreativas, siendo aconsejable dejar alguna cámara de seguridad orientada hacia la caja registradora.