Ocho jóvenes mueren o resultan heridos graves en accidentes de tráfico cada mes en la provincia de Girona, una cifra que pese a ser negativa, hace una década era el doble, según un estudio del Racc que recopila datos del 2000 al 2010.

Los accidentes de tráfico continúan siendo la principal causa de mortalidad entre los jóvenes, según ha detallado el gerente de programas de la Fundación del Racc, Xavier Ruestes, en rueda de prensa.

El informe analiza la siniestralidad vial de los jóvenes de entre 15 y 29 años en las carreteras de la demarcación de Girona, así como la tasa de riesgo de los jóvenes —el número de muertos en accidente por cada 100.000 habitantes— y destaca que la media ha pasado de ser del 26,8% en el periodo 2000-2009 al 12,3% en 2010.

De todos modos, en 2010 la probabilidad de que un joven muriera en Girona en accidente de tráfico era un 18% más alta que la que tenía la media de la población en general de la provincia.

Entre las infracciones analizadas, se observa que las distracciones y el exceso de velocidad son las más repetidas y aunque una gran mayoría de gente sí utiliza el cinturón de seguridad y el casco en las motocicletas y ciclomotores, todavía hay un 5% de los jóvenes que no usan cinturón y un 2% que no lleva casco, según ha expuesto Ruestes.

Sobre las causas de los accidentes, aunque son múltiples, pueden destacarse dos: la aptitud, por la falta de experiencia entre los conductores noveles; y la actitud, ya que sobre todo entre los chicos existe una mayor propensión al riesgo y se tienen comportamientos más temerarios.

Todavía hay margen de mejora

Ruestes también ha expuesto las principales conclusiones que pueden extraerse del estudio, inicialmente la valoración es positiva porque se ha conseguido reducir la accidentalidad entre los jóvenes de la demarcación un 60%, pero aún así todavía queda "mucho margen de mejora".

Para intentar reducir todavía más esta cifra, según el Racc, en primer lugar tiene que hacerse aflorar el problema de los jóvenes y la seguridad vial en Girona, y evidentemente, cambiar actitudes con campañas de información, más formación y reforzar las pruebas de obtención del permiso de conducir.