Más de 150 vecinos del municipio participan en el Banco del Tiempo del Ayuntamiento de Santander, una iniciativa pionera en Cantabria, que se puso en marcha en el año 2004, según avanzó el concejal de Familia y Servicios Sociales, Antonio Gómez.

Gómez explicó que se trata de 115 mujeres y 42 hombres, con edades comprendidas entre los 18 y los 60 años, que colaboran con este programa municipal, que promueve el tradicional trueque o intercambio de servicios entre sus socios, frente a las habituales transacciones monetarias.

Gómez hizo hincapié en que "a través de este proyecto, no sólo se fomenta la colaboración, la solidaridad, la ayuda mutua, la generosidad o la confianza en los demás sino que también se favorece la relación entre los vecinos, algo que se está perdiendo en la sociedad actual".

"En un momento como el actual, nuestro Banco del Tiempo cobra más sentido que nunca, ya que ofrece una amplia oferta de servicios, que contribuyen, en gran medida, a la conciliación de la vida laboral y familiar y al mantenimiento de la economía familiar", aseguró el edil.

El concejal recordó que el abanico de intercambios del programa es muy amplio, ya que abarca no sólo el cuidado de niños o el acompañamiento de mayores, sino ayuda para la realización de la declaración de la renta, de las tareas domésticas, de los deberes escolares, así como la realización de pequeñas tareas domésticas, masajes o, incluso, clases de inglés.

"No menos variado es el perfil de los clientes del Banco del Tiempo del Ayuntamiento de Santander", afirmó Gómez, quien precisó que, entre sus socios, hay estudiantes, amas de casa, jubilados, trabajadores, gente desempleada, profesionales y todo tipo de personas que quiere ofrecer y recibir servicios en momentos puntuales".

En cuanto al funcionamiento del programa, Gómez indicó que para ser socio del Banco del Tiempo basta con llamar a la central, ubicada en el Centro de Igualdad, en el Centro Cívico María Cristina, para concertar una cita y realizar una entrevista personal y una cumplimentar un ficha de usuario, con los datos, habilidades, el tiempo que ofrece y el que necesita recibir.

"Cada usuario recibe un talonario de tiempo que utiliza cada vez que reciba o realice un servicio y, una vez al mes, comunica al Centro de Igualdad los movimientos de su cuenta, es decir, las horas que ha recibido y las que ha dado", apuntó el edil.

En la misma línea, el responsable de Familia y Servicios Sociales añadió que, trimestralmente, se envía a cada socio el estado actualizado de su cuenta corriente, así como un boletín en el que se indican todas las habilidades que se ofertan y reclaman de todos los socios.

"Desde su puesta en marcha en el último trimestre de 2004, el número de usuarios del Banco del Tiempo no ha dejado de crecer", recalcó el edil, quien puntualizó que 83 personas se inscribieron en 2005, 119 en 2006, 125 en 2007 y 145 en 2010.

Banco del tiempo escolar

El Ayuntamiento de Santander también cuenta con un Banco del Tiempo Escolar, una modalidad del Banco del Tiempo tradicional, dirigida a los escolares que, desde 2010 se está desarrollando en el Colegio Haypo, como una experiencia piloto.

"El objetivo de este proyecto es crear una red de solidaridad entre los alumnos para facilitar el intercambio de habilidades y conocimientos, ayudándose unos a otros", describió el edil, quien precisó que se desarrolla en las aulas de Infantil y Primaria, con niños cuyas edades oscilan entre los 3 y los 12 años.

En este sentido, animó a otros centros escolares a que, en colaboración con el Consistorio santanderino, pongan en marcha este proyecto que puede contribuir a la mejora del rendimiento escolar de los alumnos, al tiempo que se fomentan entre los más pequeños valores como la solidaridad, la responsabilidad y el trabajo en equipo.

Gómez señaló que el proyecto, que se desarrolla durante el horario escolar, favorece la cohesión de las aulas de Infantil y Primaria, donde los alumnos desarrollan una cartilla de necesidades y ofertas, cuelgan en el tablón del banco del aula cada una de las necesidades y ofertas y negocian entre sí, haya llegar a un intercambio.

El concejal destacó que, sólo en 2011, los alumnos del colegio Haypo realizaron intercambios de juegos de mesa, ajedrez, parchís o damas, de ayuda en los deberes, de práctica de danza hebrea, de cocina de platos típicos de diferentes países, de clases de flauta o de manualidades con papel.