Esquerra Unida ha asegurado este sábado que el Ayuntamiento de Palma ha "renunciado al mantenimiento" del teatro Xesc Forteza puesto que, según han apuntado, desde el pasado mes de noviembre no funciona la climatización de esta instalación, una situación especialmente molesta debido a las altas temperaturas de las últimas semanas.

Según ha indicado el partido en un comunicado, ya han sido numerosas las quejas que el público ha formalizado por escrito exigiendo una solución a este problema. Además, ha señalado que, ante esta situación, sólo se informa en dos carteles que hay en el teatro, si bien no se advierte de ello en la venta de entradas a través de Internet.

La coordinadora de EU de Palma, Conxa Calafat, ha criticado así la "parsimonia" del Ayuntamiento a la hora de resolver esta situación y ha considerado que, a partir de ahora, la gente que quiera ir al Xesc Forteza "se lo pensará dos veces". "Esta parsimonia es un recorte más que a medio plazo provocará un descenso de público y de espectáculos", ha señalado.

En este sentido, ha esperado que el alcalde Mateu Isern y el responsable municipal en materia cultural, Fernando Gilet, "no usen esta lamentable circunstancia hipotética para privatizar uno de los equipamientos culturales más nuevos que tenemos en la ciudad".

Además, ha expresado su preocupación por la posibilidad de que el Ayuntamiento "alquile" la sala a promotores culturales sin advertir de esta avería y aplicando el precio de la sala en perfectas condiciones, puesto que, "desde nuestro punto de vista es un fraude que daña nuestra imagen, perjudica la economía a nuestro sector cultural y esto no nos lo podemos permitir".

Por su parte, el también coordinador Alejandro Aparicio se ha preguntado hasta cuándo se tendrá que esperar para poder ir al teatro "sin sudar o tener que estar con el abrigo" durante la función. Según él, no es excusa decir que no hay dinero, "porque sí hay para wáteres para turistas".

Además, ha advertido sobre los posibles efectos que las altas temperaturas pueden tener sobre los niños, la gente mayor y las personas con cardipatías. "Ninguna empresa privada permitiría esta aberración, pero a los señores Isern y Gilet les da igual".