La cultura de los nuevos papás

  • Más tiempo en casa, tareas compartidas y una relación más cercana con sus hijos: tres padres recientes nos muestran cómo ha cambiado la paternidad.
  • Recomendamos varios libros en torno a estas novedades.
Toni González, Miki Benedi y Joaquín Moya, tres padres primerizos.
Toni González, Miki Benedi y Joaquín Moya, tres padres primerizos.
Jorge París
Toni González, Miki Benedi y Joaquín Moya, tres padres primerizos.

La verdad: los tres parecen cansados. Comparten ojeras y la sensación, casi siempre, de que el día se les queda corto. Pero también comparten algo indisimulable: están orgullosos. Felices. Porque los tres han sido padres por primera vez.

Toni González, Joaquín Moya y Miki Benedi son tres de los españoles que, en el último año, han tenido un hijo. No hay cifras de padres primerizos, pero sí de nacimientos: algo más de 400.000 bebés nacieron en 2011. La cifra, inferior a la de los últimos años, consolida a España en el vagón de cola europeo en cuanto a natalidad. Pero tampoco esconde un dato: cada vez hay más libros, blogs y productos dedicados precisamente a los nuevos papás.

Quizá sea la crisis, los apuros económicos o, simplemente, el runrún que rodea a cada nuevo padre ("Olvídate de dormir", "Olvídate de salir", "Olvídate del fútbol, de las cervezas, del deporte... ¡Olvídate!"), pero pocas actividades parecen tener peor reputación en este país. Y, sin embargo, aquí están los tres, dispuestos a aclarar algunos conceptos.

"No es tan complicado", dice González, "porque los niños solo necesitan tiempo. Cansan, agotan, pero también lo ponen fácil". Para Moya, "lo mejor es no hacer caso a la gente, porque oirás todo tipo de cosas, pero nada comparable a vivirlo de verdad". Benedi cierra el círculo: "Me lo pusieron negro: que iba a pasar noches en vela, que no descansaría... Es verdad. Tal cual. Pero no es ningún trauma".

Los tres claman por poder dormir ocho horas seguidas, y reconocen haber descubierto angustias que desconocían. "Como padre inexperto", dice Moya, "te asustas por todo.  ¡Ves al bebé tan pequeño y frágil! Todo es muy dramático: te despiertas y corres a la cuna, para ver que no ha pasado nada. Y no pasa, porque el niño es una bomba concentrada, pura fuerza y energía".

Sí, aunque insistan en que ha valido la pena, reconocen haber tenido que renunciar a cosas. González, al deporte: ir al gimnasio, a correr... Ahora, aunque su chica le diga que vaya, prefiere quedarse más tiempo con su hija. Moya reconoce haber olvidado, casi, su vida social ("No puedes planificar mucho", dice, "durante el primer año entras en modo supervivencia"). Y Benedi explica que también ha tenido que variar sus hábitos laborales. "Antes salía dos horas más tarde de lo establecido, pero ya no: quiero estar en casa para ayudar a mi chica, para comprar, para recoger la casa".

Por último, queda hablar de lo que los rodea. De cómo toda una industria se empeña enseñarles a ser papás. "Mi mujer leía más", explica González, "y me recomendaba cosas, pero creo que ha sido mi propia hija la que me ha ido enseñando. Son ellos los que te guían, y el resto es cosa de sentido común". Moya confiesa que, al principio del embarazo, "uno tiene intención de empollárselo todo, pero tampoco hay que obsesionarse. Cada libro, casi, aconseja cosas diferentes, y la realidad tampoco es blanco o negro... Creo que es mejor dejar un poco de espacio para la improvisación. Está bien, hay que saber lo básico, pero también confiar en las propias capacidades". Por su parte, Benedi reconoce haber leído revistas, artículos y algún libro, y comenta: "Creo que todos están más enfocados a la madre. Conviene que el padre se informe, pero al final la figura fundamental es la materna".

Tres papás

Toni González (padre de Marta). "Las labores se han repartido: antes, el padre trabajaba todo el día, llegaba tarde y casi no veía al niño. Lo delegaba todo. Ahora es cosa de dos. Ya no es que el niño sea de la madre y el padre se limite a jugar un rato con él los fines de semana, sino que tenemos mucha fuerza y presencia en la educación del bebé".

Miki Benedi (padre de Mateo). "Todo ha cambiado de manera radical. Mi padre no cambió un pañal jamás, y tampoco recuerdo que diera muchos biberones... Por suerte, eso ya no pasa. Hemos cambiado a mejor. Pero la mujer siempre tendrá una carga mayor: el mero hecho de poder hacer cosas que nosotros no podemos, como dar el pecho, así lo exige".

Joaquín Moya (padre de Erik). "El padre se implica más y está más presente, lo que es bueno. Pero es más difícil económicamente: tener un hijo supone renunciar a un nivel de vida. Ser padre ya no es solo una aventura vital, sino también económica, y además nuestro país está muy poco preparado. Hay muy pocas facilidades, los niños viven casi como unos marginados".

Para leer

Cómo tener un bebé y no volverse unos cursis (Ata Arróspide). Un manual lleno de ironía y buenos consejos para prevenir la tiranía infantil, los malos rollos con la pareja y que una experiencia maravillosa se transforme en un suplicio.

Papá, el niño también es tuyo (Javier Serrano). Solo para ellos: el autor dedica a los papás una obra para tener satisfechos a sus pequeños y, sobre todo, a sus exigentes y revolucionadas mamás (Ediciones Ámbar, 12 ).

Bringing Up Bébé (Pamela Druckerman). No ha llegado a España, pero es un fenómeno en EE UU. La autora afirma que los niños franceses son los mejor educados del mundo, y reflexiona sobre el porqué.

La familia nace con el primer hijo (Laura Gutman). Gutman es toda una institución con varios libros sobre la maternidad. Este es recomendable para cualquier padre: pone en duda que compartir obligaciones sea básico. Ellos son importantes, claro, pero sobre todo como sostén emocional de ellas, en el fondo las únicas imprescindibles para el crío.

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