España reanuda emisiones de deuda cruciales ante la preocupación de los inversores

  • El Tesoro Público colocará el jueves nuevos tramos de emisiones antiguas de bonos a tres y cinco años y de obligaciones a diez años.
  • Tras 15 días sin enfrentarse al mercado, la subasta es crucial: el mínimo repunte en la rentabilidad abrirá las especulaciones sobre el rescate del sector financiero.
  • Pese a que en las últimas subastas el interés que ha tenido que pagar España no ha dejado de crecer, la reacción de los mercados ha sido excelente.
  • Según el secretario General del Tesoro dice que ya se han cubierto el 58% de las necesidades para este año de financiación.
  • El último informe del Banco de Pagos Internacionales dice que la preocupación por España e Italia ha elevado la volatilidad en mercados y primas de riesgo.
  • GRÁFICO: Las cifras que lastran a España.
Parte superior de la fachada del Banco de España.
Parte superior de la fachada del Banco de España.
Jorge París
Parte superior de la fachada del Banco de España.

España reanuda esta semana las emisiones de deuda, tras 15 días sin enfrentarse al mercado, con una subasta trascendental en la que el mínimo repunte en la rentabilidad abrirá de nuevo las especulaciones sobre el rescate del sector financiero y del conjunto del país.

El Tesoro Público colocará el jueves nuevos tramos de emisiones antiguas de bonos a tres y cinco años y de obligaciones a diez años.

En concreto, emitirá bonos a tres años con cupón del 3,3% y con vencimiento el 31 de octubre de 2014; bonos a cinco años con un cupón del 4,25% y vencimiento el 31 de octubre de 2016, y obligaciones a diez años con cupón del 5,85% y vencimiento en enero de 2022.

Hasta ahora, y pese a que en las últimas subastas el interés que ha tenido que pagar España no ha dejado de crecer, la reacción de los mercados ha sido excelente, con ratios de cobertura —proporción entre la demanda y el importe adjudicado— que ha superado en alguna ocasión las cuatro veces.

Sin embargo, la presión sobre España llega desde todos los ángulos, incluidos algunos de los más prestigiosos medios de comunicación del ámbito económico, que ponían en la picota la política económica del Gobierno y en duda el respaldo con que cuenta por parte de instituciones como el Banco Central Europeo (BCE) o el FMI.

Ambos organismos se veían obligados a desmentir que hubieran desautorizado los planes del Gobierno sobre la nacionalización de Bankia, el primero, y que hubiera plan alguno para rescatar a España, el segundo.

Y este fin de semana el Ejecutivo negó presiones de Alemania para que España recurra al fondo europeo de rescate por los problemas de la banca, a preguntas sobre una nota de Der Spiegel según la cual el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, presionó en ese sentido al titular de Economía, Luis de Guindos, en un encuentro el pasado miércoles en Berlín.

Prima de riesgo y financiación

Entre tantas conjeturas, la prima de riesgo de España —que mide el diferencial entre el bono español a diez años y el alemán del mismo plazo— alcanzó esta semana máximos desde la creación del euro por encima de 547 puntos básicos, y cada vez más cerca de los niveles a partir de los cuales los rescates de Irlanda, Portugal y Grecia fueron inevitables.

El efecto que tiene en el mercado es que, cuanto más alta esté la prima de riesgo, más le cuesta a España financiarse porque tiene que ofrecer una rentabilidad más alta a los inversores para que accedan a comprar emisiones de deuda pública española.

Aunque el Gobierno ha situado en la posible salida de Grecia de la zona del euro el origen de casi todos los males, lo cierto es que expertos y analistas apuntan también a la situación de Bankia como fuente de desconfianza.

El ministro de Economía, Luis de Guindos, reconocía que costes de financiación tan altos "no son sostenibles a largo plazo, aunque atribuía la subida del riesgo país a las dudas sobre el futuro político en Grecia.

El secretario General del Tesoro, Íñigo Fernández de Mesa, reiteraba que España se financia sin problemas, y que la financiación para este año está "muy adelantada" y ya se han cubierto el 58% de las necesidades para este año, al tiempo que recordaba que el coste medio de la financiación en las emisiones realizadas en el primer trimestre de este año ha sido del 3%, por debajo del 3,9% del mismo periodo de 2011

El debate sobre un posible rescate a España, abierto de forma directa y sin tapujos, se ha centrado en esta ocasión en el sector financiero más que en la posible salida de Grecia del euro.

Las opciones del rescate

Un exhaustivo informe sobre España publicado esta semana por Morgan Stanley señalaba que el rescate a España "es una opción", con ventajas a inconvenientes.

Entre las primeras destacaba que quedaría clara la separación entre riesgo soberano y riesgo financiero, y entre las segundas se refería a la inevitable puesta en marcha de duras medidas fiscales y laborales.

El departamento de análisis del Banco Sabadell da por hecha la intervención en el sector financiero y señala que lo que falta por definir es si el "rescate bancario" se hará a través de España (acompañado de pérdida de soberanía y con un efecto incierto en la prima de riesgo) o directamente a los bancos necesitados a través del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE).

Esto último no es posible sin cambios, porque este mecanismo no puede de momento prestar directamente a los bancos.

Grecia vs sector financiero español

Los analistas de Barclays, por su parte, sitúan ambas cuestiones —Grecia y el sector financiero español— al mismo nivel, aunque añaden un matiz.

Aunque descartan que Grecia abandone la moneda única en un "futuro cercano", no desechan completamente esa posibilidad, que causaría fuertes trastornos en la zona del euro.

Por lo que respecta a la recapitalización de los bancos, introducen Italia en la ecuación, y aseguran que en ninguno de los dos países los políticos terminan de tomar las medidas necesarias que garanticen la petición de ayuda.

Aumenta la preocupación de inversores

Por otro lado, la preocupación por el crecimiento en España e Italia, así como las señales de un crecimiento más frágil en EE UU y China inquietan a los inversores y han elevado la volatilidad en los mercados y disparado las primas de riesgo de la deuda soberana, según se desprende del último informe trimestral del Banco de Pagos Internacionales (BPI), publicado este domingo.

"La preocupación por un posible impacto negativo a corto plazo sobre el crecimiento de la consolidación fiscal en España y el lento ritmo de las reformas del mercado laboral y otras reformas estructurales en Italia, se reflejaron en el aumento de las rentabilidades de los bonos soberanos", dijo el BPI.

"El optimismo en los mercados financieros comenzó a evaporarse en la segunda mitad de marzo por la vuelta de preocupaciones sobre el crecimiento de la zona euro, especialmente en España e Italia", asegura el BPI en el informe sobre la situación de los mercados financieros en los últimos tres meses.

Añade que quedó claro que "acciones de política monetaria solas no serían suficientes para resolver los problemas económicos de la zona del euro". Los diferenciales de los bonos soberanos de España e Italia frente a la deuda pública alemana se han ampliado considerablemente.

La caída de algunos indicadores como el índice de gestores de compras del sector manufacturero y la confianza empresarial de la zona del euro también contribuyeron a "una imagen del crecimiento menos positiva para Francia y Alemania", apostilla el BPI, cuya sede se encuentra en la ciudad suiza de Basilea.

El BPI observa que "los inversores también se retiraron cuando Standard & Poor's degradó a España y a varias de las mayores instituciones financieras del país el 26 de abril".

La bajada de la calificación de la deuda soberana de España dos notas hasta BBB+ se reflejó en la subasta de bonos por valor de 2.500 millones de euros del pasado 2 de mayo, con un incremento de los tipos de interés de 140 puntos básicos para los plazos cortos.

"Durante los últimos tres meses, los mercados financieros trasladaron su atención de la esperanza de recuperación económica mundial a la preocupación por Europa", según el BBI.

La confianza de los inversores mejoró sustancialmente tras las operaciones de refinanciación a tres años del Banco Central Europeo (BCE). Además, las esperanzas de una recuperación económica sostenida cobraron fuerza por las buenas noticias estadounidenses y el sólido crecimiento de los mercados emergentes.

"Sin embargo, hacia finales de mayo el optimismo dio paso a las dudas sobre el crecimiento económico europeo, la salud financiera de los soberanos y bancos de la zona del euro, los efectos de la consolidación fiscal sobre el crecimiento y la estabilidad política dentro de la zona del euro", afirma el BPI.

Todo ello, junto a las señales de un crecimiento más frágil en EE UU y China inquietó a los inversores y elevó la volatilidad de los mercados financieros internacionales.

Los movimientos de los mercados en mayo indicaron claramente que los eventos políticos de la zona del euro añadieron incertidumbre significativamente.

El euro comenzó a depreciarse con fuerza por la parálisis política tras las elecciones en Grecia y por la preocupación por una posible salida del país de la zona del euro y su impacto, así como por la preocupación por los bancos españoles.

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