Hostelero Santillana dice que disparó para "asustar" a los ladrones y temiendo por la vida de su mujer

Afirma que disparó al suelo, sin pretender herir a ninguno de los ladrones
Juicio Contra El Hostelero De Santillana Del Mar Que Mató A Un Ladrón
Juicio Contra El Hostelero De Santillana Del Mar Que Mató A Un Ladrón
EUROPA PRESS
Juicio Contra El Hostelero De Santillana Del Mar Que Mató A Un Ladrón

El hostelero de Santillana del Mar que mató de un disparó de escopeta a un ladrón e hirió a otro cuando estaban robando en su mesón ha asegurado este jueves que "sólo quería asustar a los ladrones" y "tiró más por miedo a la vida de su mujer" que porque le fueran a robar.

"Yo no tenía miedo por el dinero. Si yo supiera que sólo iban a robar no hubiera pasado nada", ha afirmado el hostelero, Ángel G.O., en la primera jornada de este juicio por homicidio, que se celebra en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial con jurado popular y que se prolongará hasta el próximo 8 de junio.

El acusado ha explicado que la tarde anterior al suceso, que se produjo en la madrugada del 6 de diciembre de 2009 cuando el hostelero y su mujer dormían en una vivienda ubicada dentro del mismo bar, los mismos tres hombres que entraron a robar, de nacionalidad rumana, estuvieron varias horas en su bar y llamaron la atención de varios clientes, que le advirtieron de que los individuos habían estado mirando a las cámaras de seguridad, en lugar de a las televisiones donde se estaban retransmitiendo los partidos de fútbol.

Aunque el hostelero ha señalado que a él no le infundieron sospechas, sí se fijó en ellos esa tarde porque —ha dicho— en Santillana del Mar "rumanos hay muy pocos".

A preguntas de la acusación particular, ha señalado que aunque en la madrugada del robo los vio "al trasluz" reconoció a las mismas personas por sus características físicas, de gran corpulencia. "Deduzco que son los mismos", ha señalado el acusado.

"no se iban a conformar con las tragaperras"

El hostelero del Mesón 'El Padrón' ha defendido que, después de ver que los tres hombres habían visto por la tarde que el bar había estado "a tope", pensó que por la noche "no se iban a conformar" con el dinero de las máquinas tragaperras, sino que iban a ir a por la recaudación de ese día, unos 2.800 euros, que estaba en una caja fuerte en su dormitorio junto a la del resto de la semana.

A preguntas de las partes —acusación particular, Ministerio Fiscal y defensa—, ha relatado que cuando oyó ruidos en el bar, cogió una de las tres escopetas de caza que tenía en su dormitorio —"la más inofensiva", según ha apuntado—, la cargó con un cartucho y salió del dormitorio.

Además, la escopeta —que un vecino al que se la había prestado le había devuelto recientemente— tenía, además del cartucho que cargó el hostelero cuando oyó a los ladrones, otro más en la recámara.

Sin embargo, el acusado ha insistido en que pensó que cuando su vecino se la devolvió estaba descargada, con lo que sólo cargó un cartucho.

Alto o disparo!"

Según su versión, desde el pasillo vio al trasluz tres siluetas que identificó con la de los tres hombres extranjeros que habían estado la tarde anterior en el bar y dijo dos veces "¡Alto o disparo!", pensando que iban a huir.

Sin embargo, ha señalado que, tras gritar esas palabras, uno de los tres ladrones avanzó "3 ó 4 pasos" hacia donde se encontraba él con la escopeta, lo que le hizo disparar. "Posiblemente, si no hubiera disparado, el que no estaría aquí sería yo", ha aseverado.

Durante su declaración, ha mantenido que "en ningún momento" pretendió herirles y alcanzarles en ninguna parte del cuerpo y ha insistido en que su "intención fue tirar al suelo".

Ha señalado que desconoce cómo alcanzó a dos de los hombres, hiriendo de muerte a uno de ellos, y si esto se produjo al rebotar los perdigones en el suelo y salir disparados hacia ambos ladrones.

"Casi se me escapó el tiro, cerré los ojos y disparé", ha dicho el hostelero, que ha dicho que, al no ver sangre, pensó que los ladrones "se habían asustado y se habían ido".

Sin embargo, como consecuencia del disparo, uno de los atracadores, G.S.S., de 33 años, que se encontraba agachado recogiendo las monedas de la máquina tragaperras, recibió un impacto que le alcanzó el corazón y murió a pocos metros del local cuando intentaba huir y fue encontrado después por el hijo del hostelero, cuando volvía a casa.

Otro de los hombres recibió perdigones en la espalda y antebrazo derecho y el tercero resultó ileso.

Tras lo ocurrido, el acusado llamó al 091 y al 112 para contar lo que había sucedido, tras lo que "menos de diez minutos" después acudió la Guardia Civil al lugar.

El Ministerio Público considera los hechos dos delitos de lesiones en concurso ideal con un delito de homicidio imprudente. Además, cree que concurre la atenuante de arrepentimiento espontáneo -el hombre llamó al 112 para contar lo sucedido- y la eximente incompleta de legítima defensa.

Por ello, la petición de condena del Fiscal es de año y medio de prisión, así como una indemnización de 60.000 euros a la viuda del fallecido.

La acusación particular que ejerce la mujer del fallecido considera, sin embargo, que los hechos constituyen dos delitos de homicidio, uno intentado y otro consumado, por lo que reclama una condena de trece años de cárcel y 107.000 euros de indemnización.

El abogado de la acusación ha mantenido que, al contrario de lo que manifiesta el Ministerio Fiscal, existe un homicidio doloso y no imprudente pues, a su juicio, al disparar el acusado asumió "al menos" la posibilidad de que se produjera "el hecho de muerte".

Por último, la defensa del acusado solicita la libre absolución pues cree que concurren las eximentes de legítima defensa y miedo insuperable.

El juicio abordará este viernes su segunda sesión, a partir de las 9.30 horas, con las pruebas periciales.

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