El Ayuntamiento de Girona ha decidido rebajar a la mitad el precio del alquiler de los pisos de protección oficial y es que con el descenso generalizado de los precios en la vivienda que ha comportado la crisis económica, los precios que ofrecía el consistorio eran casi como los del mercado.

Girona cuenta con 230 pisos para alquiler social y hasta el momento, el precio de este alquiler iba de 280 euros el más bajo a 600 el más caro; a partir del 1 de junio, esta cifra se reducirá a 140 euros para los más económicos y a 300 euros los más caros, según ha detallado el concejal de Servicios Sociales, Eduard Berloso.

El equipo de gobierno del Ayuntamiento ha presentado este jueves en rueda de prensa la memoria de gestión de 2011, un documento del que también se extrae que el 56,2% de las personas que son atendidas por los servicios sociales es la primera vez que acuden a ellos, lo que ha hecho cambiar el perfil de las personas atendidas.

"Se está haciendo un trabajo interno para dar respuesta a estas nuevas necesidades y se están reforzando todos los servicios", ha apuntado el alcalde de Girona, Carles Puigdemont, y es que, por ejemplo, 750 familias de la ciudad acudieron el año pasado al Centro de Distribución de Alimentos.

Solamente un 4,5%

De viviendas de nueva construcción

Entre todos los datos que recoge la memoria que se ha hecho por primera vez de manera conjunta entre todas las concejalías, también destaca, en el apartado de Urbanismo, el hecho que de las 734 licencias de obra que tramitó el consistorio durante 2011, solamente el 4,5% (33) fueran de nueva planta.

Y es que la gran mayoría de obras que se han hecho en Girona han sido de rehabilitación, según ha concretado el concejal de Urbanismo y Actividades, Carles Ribas.

El concejal de Seguridad, Movilidad y Vía Pública, Joan Alcalà, ha lamentado el incremento de la siniestralidad con víctimas en la vía pública, ya que se pasó de los 452 accidentes con víctimas en 2010 a los 476 registrados en 2011; el consistorio está trabajando para intentar frenar este incremento.

Finalmente, Puigdemont ha comentado que se está trabajando también en nuevas ordenanzas de convivencia y civismo "porque existen comportamientos que hay que erradicar", como el consumo de alcohol en la vía pública o los ruidos.